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Si bien Moyano mantiene su voluntad de pelear por su reelección, ya comenzó a percibir la pérdida de aliados y un escenario de abroquelamiento de sus opositores ("Gordos", "independientes" y barrionuevistas) que complica sus aspiraciones.

En ese contexto, el jefe de la CGT debe cumplir con el paso legal de convocar al Consejo Directivo de la entidad con el objetivo de fijar la fecha en que se reunirá el Comité Central, organismo encargado de ratificar el llamado y el orden del día del Congreso Normalizador que dentro de menos de tres meses elegirá a la próxima conducción cegetista.

Con los "Gordos" y el barrionuevismo fuera del Consejo Directivo, serán los "independientes" -antiguos soportes del camionero- quienes buscaránentir el r hacerle sigor de los nuevos vientos que soplan en el escenario sindical al actual secretario general de la central. Precisamente, dos integrantes de ese bloque de gremialistas, Andrés Rodríguez (UPCN) y Roberto Fernández (UTA), son los encargados de tender puentes entre el antimoyanismo y la actual conducción, y quienes dialogarán con Moyano para convencerlo de evitar un tercer mandato.

Ámbito Financiero reveló que la reunión del Consejo Directivo debe contar con la presencia de al menos 18 de los 35 dirigentes que lo integran para sesionar, y ya lo logró. Para que el llamado al Congreso sea válido se debe aprobar con la mitad más uno de los integrantes, número que el camionero no conseguiría solamente con los dirigentes aliados. "Gordos" e "independientes" advierten que no alcanzará el quórum mínimo, pero cerca de Moyano confían en que habrá presencias suficientes.

Moyano arrancó la reunión con la presencia de dirigentes de segundas líneas de los sindicatos que integran el Consejo, mandatados por los secretarios generales. Se trata de un doble juego, en el que la cabeza del gremio omite participar, pero envía a un lugarteniente para cubrirse en términos institucionales y facilitar el funcionamiento del máximo órgano ejecutivo de la central obrera.