El 15 de Abril todavía no se convirtió en ese escenario donde Unión imponga condiciones. Nostrado carácter lejos de Santa Fe, pero cuando juega ante su gente, algo se diluye. La derrota ante Aldosivi volvió a encender las alarmas, ya no logra hacer de su hogar un punto fuerte. Algo clave para aspirar a alcanzar los objetivos.
Hasta aquí, disputó cinco partidos como local en el Clausura, con una sola victoria, tres empates y una caída. En total, seis puntos sobre 15, apenas un 40% de eficacia. Muy por debajo de lo que exhibe fuera de casa, donde es el conjunto con mejor rendimiento del torneo (61%).
La estadística es clara, pero lo que preocupa más es la sensación. En Santa Fe, Unión no consigue la fluidez ni la contundencia que sí demuestra como visitante. Le cuesta aprovechar el impulso del público, traducir la presión en protagonismo y cerrar partidos a su favor. Ahora el dato no menor es que, por primera vez, se fue silbado.
El 15 de Abril debería ser una fortaleza, un lugar donde los rivales lleguen condicionados y salgan sin nada. Hoy, en cambio, se volvió un terreno neutral, donde cualquiera puede llevarse puntos si sabe resistir y golpear en el momento justo.
Madelón busca respuestas, porque su equipo compite, genera, pero no concreta. Y en un torneo tan parejo, dejar escapar unidades en casa puede ser un costo alto. El Tate tiene tiempo para revertirlo, pero necesita reencontrarse con su gente desde el resultado.