Colón atraviesa uno de los momentos más oscuros de su historia. El empate en la Primera Nacional parece una utopía y la permanencia sigue sin asegurarse. El Sabalero llegó a ocho partidos sin triunfos, con un saldo lapidario de siete derrotas y apenas un empate.
La caída de este domingo ante Talleres de Remedios de Escalada, fue un fiel reflejo de este presente. El conjunto del sur bonaerense jugaba con la soga al cuello: sabía que si no ganaba descendía. Lo entendió, lo sintió y lo jugó de esa manera. Colón, en cambio, mostró la cara opuesta: un equipo sin corazón, sin alma ni actitud, que salió a la cancha con la única intención de rescatar un punto. El plan se desmoronó y volvió a quedar en evidencia la falta de respuestas.
Son ya cuatro derrotas consecutivas, en un tramo decisivo donde cada punto vale oro. El equipo no reacciona y la preocupación crece porque, aunque necesita solo un punto para asegurar la permanencia, la sensación que transmite es de vacío y resignación.
En la próxima fecha, Colón recibirá a Deportivo Morón. ¿Será capaz de conseguir el punto que le falta con este rendimiento y compromiso? La pregunta resuena fuerte entre los hinchas, que ven cómo su equipo no para de tocar fondo en la categoría.