La película ya se vio. Colón volvió a perder, esta vez ante Defensores de Belgrano por 1-0, por la fecha 29 del Grupo B de la Primera Nacional. Más allá del resultado, lo que alarma es la forma: sin reacción, sin juego ni presencia. El sabalero transita la parte final del torneo mirando de reojo la tabla de abajo.
El dato más crudo del partido: solo un remate al arco en 90 minutos. Es difícil competir así. Defensores no fue brillante, pero hizo lo que tenía que hacer: golpear cuando tuvo la chance y manejar los tiempos ante un rival que no propuso absolutamente nada.
Las estadísticas, un reflejo fiel
Más allá de la paridad en la posesión (51% para el local, 49% para Colón), el resto de los números dejan expuesta la pobre producción rojinegra:
Remates al arco: 5-1 a favor de Defensores.
Ataques totales: 151 contra 125.
Tiros de esquina: 5-4 para el Dragón.
Fueras de juego: Colón cayó en offside dos veces.
Rojas: no hubo.
Nada de lo anterior puede disfrazar lo que se ve cada fecha: un equipo sin rumbo ni respuestas. La derrota lo dejó matemáticamente fuera del Reducido. Ya no hay margen para disimular. Lo único que queda por delante en las cinco fechas restantes es sumar lo suficiente para asegurar la permanencia. Un escenario impensado cuando arrancó la temporada, pero que hoy es la única preocupación real.
En lo futbolístico, el año está perdido. Y mientras tanto, la incertidumbre se traslada también al plano institucional, donde se espera que la dirigencia defina si habrá adelanto electoral. Por lo pronto, en la cancha no hay señales de recuperación. Y eso, a esta altura, es lo más grave.