La temporada de Colón en la Primera Nacional llegó a su recta final, y aunque la pelea por el ascenso o el descenso ya no forma parte de la realidad del club, cada partido restante tiene peso propio. Con 18 puntos en disputa, el Sabalero se encuentra a 16 unidades del Reducido y a 11 de la zona de descenso. Más que resultados, lo que se define ahora es el futuro inmediato del club y de sus protagonistas.
El último empate 1-1 frente a Chacarita dejó un mensaje claro: el equipo puede dar más de lo que mostró en gran parte del año. Bajo la dirección de Ezequiel Medrán, se vio un Colón más enfocado, comprometido y ordenado, con jugadores que respondieron al plan de juego y mostraron ganas de recuperar terreno.
Algunos de los nombres que destacaron fueron Nicolás Talpone, Facundo Castro, Oscar Garrido e Ignacio Lago, todos con contrato vigente para 2026 y con la posibilidad de ganarse un lugar en el proyecto del próximo año.
Contratos y continuidad
El cierre del torneo también marcará quién continúa y quién no en Colón. Algunos futbolistas verán vencido su contrato y no seguirán en el club, mientras que otros se juegan mucho en estas últimas fechas: de sus rendimientos dependerá si la nueva dirigencia decide renovarles o apartarlos del proyecto 2026. La presión, entonces, no es solo deportiva, sino también profesional y estratégica.
El entrenador no queda al margen. Elegido por la dirigencia actual, su futuro estará condicionado a cómo cierre la temporada y a la mirada de quienes asumirán desde diciembre. Convencer con trabajo, compromiso y resultados será clave para permanecer al frente del primer equipo.
Un cierre con objetivos distintos
Colón encara los seis partidos restantes —Defensores de Belgrano, Estudiantes de Río Cuarto, Talleres de Remedios de Escalada, Deportivo Morón, Estudiantes de Buenos Aires y Defensores Unidos— con la mente puesta en reconstruir el plantel y definir roles de cara a 2026. Más allá del marcador final, cada jornada servirá para evaluar, corregir y planificar.
En un año donde la tabla dejó de ser determinante para los objetivos inmediatos, el verdadero partido de Colón se juega fuera del campo: en la toma de decisiones, en la elección de quién sigue, quién se va y cómo se preparará el Sabalero para volver a ser protagonista.