Lo que parecía un simple trámite legal terminó transformado en una historia viral que mezcla tradición, humor y una inusual solución judicial. En China, una pareja de granjeros de la provincia de Sichuan enfrentaba una disputa por cómo dividir los 29 pollos que criaban juntos, en medio de su proceso de divorcio.
La cantidad impar de aves se convirtió en un obstáculo inesperado, ya que ambos pretendían una división equitativa. La situación escaló y llegó a un tribunal local, donde intervino un juez que sorprendió con una resolución creativa.
Inspirado en el pensamiento confuciano —que promueve la armonía y el respeto incluso en tiempos de separación— el magistrado propuso que cada uno se quedara con 14 aves y que el pollo restante fuera cocinado y compartido por ambos como “comida de despedida”.
La propuesta fue aceptada por la señora Tu y el señor Yang, quienes cocinaron juntos el último pollo antes de formalizar su divorcio. El gesto se convirtió en un símbolo de cierre pacífico y llamó la atención por su humanidad y sentido común.
El fallo rápidamente se viralizó en plataformas como Weibo y TikTok, donde miles de usuarios elogiaron la empatía y creatividad del juez. Además de comentarios positivos, la historia generó una oleada de memes y recreaciones humorísticas que se difundieron en redes de todo el mundo.
Este curioso episodio judicial demuestra que, incluso en contextos difíciles, una mirada sensible y una pizca de ingenio pueden transformar un conflicto en una historia para recordar.