La situación de Marcos Díaz en Colón atraviesa su momento más delicado. El arquero, que llegó en enero como uno de los grandes refuerzos y referente para afrontar el desafío de la Primera Nacional, hoy está completamente marginado del equipo y podría quedar afuera del club antes de fin de año.
Este lunes, la dirigencia sabalera tiene previsto un encuentro cara a cara entre el arquero y el cuerpo técnico encabezado por Martín Minella, que ya dejó en claro que Díaz no es una opción en su esquema. Si bien al principio se hablaron de cuestiones físicas para justificar su ausencia, la realidad es que el arquero no quiere atajar y eso encendió todas las alarmas.
La ruptura se hizo evidente en las últimas semanas. En el partido ante Central Norte en Salta, se mencionó que el ex Huracán y Boca no estaba en condiciones físicas. Pero el último domingo, cuando Tomás Giménez no pudo jugar por una cláusula contractual (Colón debía pagar 35 mil dólares para que pudiera atajar ante su exclub, Gimnasia de Mendoza), Díaz tampoco fue considerado, a pesar de estar en plenitud física.
En su lugar, debutó el juvenil Tomás Paredes, de 19 años. Una apuesta que expuso aún más el distanciamiento total entre Díaz y el entrenador.
Una salida inminente
El clima interno entre el arquero y el cuerpo técnico se tornó insostenible. Según trascendió, el club evalúa llegar a un acuerdo para rescindir su contrato, que finaliza el 31 de diciembre. Si se concreta, sería una salida por la puerta de atrás para quien fue incorporado como líder y hombre de experiencia para una categoría exigente.
Lejos de cumplir con las expectativas, Marcos Díaz fue apuntado por varios errores en partidos clave durante el primer tramo del torneo, y perdió rápidamente la confianza del cuerpo técnico. Su nivel estuvo lejos del que se esperaba, y en el vestuario también hubo señales de malestar.
El arquero presenció el partido ante Gimnasia desde uno de los palcos del Brigadier López, donde estuvo junto a otros jugadores que no formaron parte del plantel, entre ellos Facundo Farías. Pero su situación ya parece no tener retorno.
De referente a jugador prescindible
Su llegada a comienzos de año había sido celebrada. Por experiencia, por historia, por carácter. Pero con el paso de los partidos, la realidad lo alejó del protagonismo. Hoy, todo indica que su ciclo en Colón está terminado.
La reunión de este lunes puede marcar un punto final. En el mejor de los casos, con una rescisión acordada. De lo contrario, Colón deberá sostener durante cinco meses a un futbolista que ya no forma parte del proyecto deportivo.
Una historia que comenzó con expectativas altas, pero que está a punto de cerrarse en silencio, con más decepción que gloria.