"Es una pena que no nos dejen correr con lluvia"
Tras salir desde la cuarta posición y verse incapaz de superar a Charles Leclerc durante toda la carrera, Verstappen explicó que la puesta a punto para lluvia lo condicionó en seco:
“Solo podíamos atacarlo con intermedios. Después, teníamos ritmos parecidos. Él cometió un error y me acerqué, pero no fue suficiente. Llevábamos un alerón trasero más grande por la lluvia y eso no ayudó cuando la pista se secó.”
Sin embargo, lo que más molestó a Max fue la actitud excesivamente conservadora de los comisarios.
“Al final casi no manejamos con lluvia, y eso apesta. Todo muy seguro. Decisiones muy seguras. Es una pena.”
El tricampeón mundial cuestionó directamente la demora de más de una hora para dar luz verde al inicio de la carrera:
“Deberíamos haber salido directamente. Incluso con la lluvia más intensa podíamos pasar. Hablamos de usar un coche de seguridad virtual para ir un poco más rápido. Pero bueno… ellos toman las decisiones y nosotros tenemos que aceptarlas.”
Red Bull sigue con problemas en el balance
Más allá de la polémica con la FIA, Verstappen dejó claro que el mayor obstáculo sigue siendo el rendimiento del auto en ritmo de carrera.
“Demasiada degradación, mucho subviraje. Eso lo complica todo. El equilibrio del coche no me permite atacar como quiero, y eso lo hace todo más difícil.”
Aunque Red Bull configuró el auto pensando en la lluvia, Verstappen admitió que no fue el único motivo del mal resultado:
“La puesta a punto para lluvia no ayudó, pero el verdadero problema es que no controlamos bien los neumáticos. Ese es el foco a resolver.”
Con estas palabras, Verstappen no solo criticó, sino que marcó el camino que Red Bull deberá seguir si quiere volver al dominio de temporadas anteriores. Su mensaje es claro: ni las decisiones externas ni el clima deben servir como excusa cuando hay mejoras pendientes dentro del equipo.