Claudio Corvalán volvió a sentir el tobillo. Y con eso, también volvió a encenderse una señal de alerta en Unión. El capitán rojiblanco, símbolo de la entrega y la garra, se resintió del esguince que había sufrido hace un par de semanas, una lesión que ya lo venía aquejando y que obligó a su salida en el entretiempo ante Barracas Central. Como si eso fuera poco, también llegó a las cinco amarillas, por lo que no podrá estar en el próximo compromiso local.
El contexto no podría ser más exigente. Unión está atravesando una etapa determinante, con el regreso de Leonardo Madelón al banco y la urgencia de resultados. Y en ese escenario, la ausencia de su capitán se siente doble: por lo que juega y por lo que representa.
Corvalán no es solo un defensor. Es la voz en la cancha, el sostén anímico, el que ordena y empuja cuando todo tiembla. Su recuperación se volvió prioridad para el cuerpo técnico, que lo quiere sí o sí para el duelo ante Palestino, por la cuarta fecha de la Copa Sudamericana. Ese partido, que se jugará el miércoles 7 de mayo en el 15 de Abril, puede marcar el destino de Unión en el plano internacional.
Por ahora, Mugre trabajará a contrarreloj. La idea es no apurar su regreso para evitar una lesión mayor, pero al mismo tiempo, todos saben lo que significa tenerlo en cancha. Él quiere estar, lo necesita el grupo, más allá de la idea que tenga el entrenador.
El resto del plantel está a disposición. Todos entrenarán bajo la mirada de Madelón, que empezará a perfilar su idea para ese encuentro bisagra, más allá que antes estará el choque ante Belgrano por la última fecha de la fase regular del Torneo Apertura. Pero mientras tanto, la gran incógnita está en la banda izquierda: ¿llegará Corvalán para el duelo copero ante Palestino?