El ciclo de Andrés Yllana en Colón comenzó con expectativas, pero la realidad lo golpeó de frente. Cinco derrotas consecutivas, un equipo sin funcionamiento claro y la tabla que no miente: 10 puntos lo separan del puntero Gimnasia de Mendoza, y la zona de Reducido parece cada vez más lejana. En ese panorama, el DT sabalero ya definió el diagnóstico del plantel, y empieza a mirar con atención el próximo mercado de pases.
Yllana fue claro puertas adentro: el equipo necesita jerarquía, experiencia y personalidad, atributos que hoy escasean en varios sectores del campo. Por eso, ya apuntó los cuatro refuerzos que quiere para afrontar la segunda parte del campeonato.
El primero en su lista es un volante central con peso propio, alguien que marque el pulso del mediocampo, que tenga recorrido y no le pese ser referente. La falta de equilibrio y presencia en esa zona ha sido un síntoma repetido en los últimos partidos.
El segundo pedido es un centrodelantero con jerarquía y gol, un nueve que sea faro en el área y que tenga el carácter para ponerse el equipo al hombro. La rotación ofensiva no dio resultados y el DT entiende que sin gol, no hay futuro.
También busca un enganche o mediapunta que aporte creatividad y sorpresa, un jugador capaz de generar juego entre líneas, algo que el equipo no logró sostener a lo largo de la competencia. La falta de conexión ofensiva es uno de los puntos más flojos de este Colón.
El cuarto cupo todavía es una incógnita. La idea es evaluar si se utiliza para traer un volante por derecha, aunque no está cerrado. Todo dependerá de cómo evolucionen algunos jugadores que vienen recuperándose y si aparecen alternativas internas que puedan cubrir ese sector.
Yllana no quiere repetir errores. El margen es mínimo, el torneo es largo pero traicionero, y sin una base sólida de rendimiento y carácter, el sueño del ascenso puede evaporarse. El diagnóstico está hecho. Ahora, Colón tiene que ir al mercado con precisión quirúrgica si quiere volver a ser candidato.