El plantel profesional de Sarmiento se prepara para lo que será una nueva “final”. Es que el próximo lunes visitarán a Unión, en Santa Fe, en un partido que tendrá un clima hostil por la crítica situación deportiva que atraviesa el “Tatengue”. En medio de este panorama, su entrenador Israel Damonte, visitó los estudios de LT20 Radio Junín. en el programa D1470 y habló, entre otros temas, sobre la última victoria en Santiago del Estero, la presión sobre jugar por el descenso, la llegada de Cerato, y el próximo escollo: Unión, en Santa Fe.
-¿Qué análisis hiciste de la victoria en Santiago del Estero?
-Era un partido para nosotros importantes, nos daba esa posibilidad de acercarnos a ellos más allá de la lucha con Platense y Arsenal. Era un partido complicado en los papeles, porque nunca le habíamos podido ganar. Este grupo sigue haciendo pequeñas historias, pero historias al fin. Sacamos adelante un partido durísimo.
-Se sufrió mucho en el final, ¿por qué?
-Quizás quedó esa última imagen de cómo se dio el partido, pero es muy difícil en el fútbol argentino sostener siempre un mismo nivel y también llegar con holgura al final del partido. A veces no se puede, el rival también juega, por naturaleza te empezás a cuidar un poco más atrás, la gente, el árbitro, es un combo complicado y a veces tenés que ligar. Por suerte aguantamos, pero puede ser que te empaten o lo liquidáramos antes.
-¿Te parecieron exagerados los 7 minutos de adición?
-A nosotros nos dan siempre siete minutos. Nos dieron cuatro minutos de adicional con Argentinos porque íbamos ganando 2 a 0. A nosotros siempre nos apuran, por eso hay que hacer tiempo, de verdad. Cuando íbamos perdiendo con Boca, acá, dieron cuatro minutos.
-¿Cuál fue el motivo del enojo del Licha?
-Se enojó por una jugada que tuvo que correr y le sacaron amarilla. Después salió y estaba más enojado pero son jugadores pasionales, que lo viven de esa manera. Licha es un jugador que corre, que da todo y me gusta que lo viva así. Nos estamos jugando mucho y tenemos mucha presión. Los que están no quieren salir y los que están afuera quieren entrar. Hay que entenderlos con el respecto futbolero, eso sí me lo voy a bancar. Diferente es si pasan otras cosas, eso ya es otro límite. A mí me respetan y estoy tranquilo en ese sentido. Me molestaría si fuesen tibios. Son jugadores ganadores, a ninguno se les pasa por la cabeza irse al descenso. Por eso los fuimos a buscar y les enseñan un montón de cosas a los chicos más jóvenes. Cuando vienen esos jugadores, lo primero que les pregunto es si vienen a retirarse. En cuanto me dicen que sí, les digo que no vengan porque necesito jugadores comprometidos, que necesiten jugar y competir.
-El clima en Santa Fe será hostil, ¿como impacta en Sarmiento?
-Si nos quedamos con eso y vamos en puntas de pie, te pasan por arriba. La gente, serán buenos o malos, son de ellos y van a apoyar a Unión. Si en la primera te ganan, te traban, te empiezan a patear al arco, te atacan y están mejor que vos porque entrás dormido, la gente los va apoyar para sacar esa situación adelante. En cambio, si trabamos con las mismas ganas que el otros días, ellos pueden tener esa presión. El desgaste y el esfuerzo lo tenés que hacer, para traerte algo. Estamos acostumbrados a pelear cosas así y a la presión. La presión la tenemos siempre, pero no sé si los demás saben de nuestra presión y ellos son locales y nos tienen que venir a buscar.
-¿La apuesta de tres delanteros se puede repetir?
-El otro día lo pensamos en función de cómo jugaba Central Córdoba. Lo conozco a Madelón y pensé que no iba a cambiar. Por eso siempre trato de no dar pistas del equipo. Quieras o no, tenés un delantero más en cancha. Sentía que era con tres delanteros, cuando se avivaron ya había pasado un tiempo. Reconozco que el cambio de Toledo no sé si fue bueno, viéndolo después estaba muy bien. No hago futurología, me imagino lo que puede pasar y a veces te equivocás. Pensé en las piernas de Gondou a largo plazo, y tuve que cambiarlo porque vi que nos atacaban por los costados.
-¿Qué valor le das a Javier Toledo?
-Nuestros delanteros siempre tienen situaciones, eso me deja tranquilo. La jugada de gol era una pelota perdida quizás y Toledo la peleó y la terminó ganando. Me molesta mucho cuando la gente resiste a Toledo. Es un jugador muy sacrificado para el equipo. Hizo muchos goles, asiste, no es egoísta. Y además hay un detalle, canta los goles de los compañeros delanteros, no pasa en todos los equipos. Estoy muy conforme con los delanteros. Cuando enfrentás a jugadores así, te mete miedo. Lo mismo pasa con Wanchope, cuando nos enfrentamos a Colón, o Boselli, en Estudiantes. Tienen jerarquía y pueden hacerte un gol en cualquier momento.
-¿Qué les puede aportar Lautaro Cerato?
-Me lo acercó hace un tiempo la dirigencia en la persona de Mariano Sardi. Lo empezamos a seguir y vimos que tenía muchas condiciones. Viene de una categoría diferente, no es lo mismo que en la Primera. Es una linda apuesta, tiene muy buenos movimientos pero no sé si es para tirarlo ya el domingo en la cancha. Hay que llevarlo de a poco, por el cambio de categoría, por el cambio de vestuario, es una ciudad nueva. Estamos muy contentos de tenerlo y en estos dos días nos gustó para bien. Tiene mucho futuro y de a poco lo vamos a ir llevando. Estaría bueno que juegue algunos partidos en Reserva. No quiero exigirlo o llevarlo a un lugar de presión innecesario.
-Qué te generan los Díaz, García, Gondou, Mónaco, chicos del club…
-Hemos ganado este año, refuerzos del club. Quizás para la general y cuando arrancó el campeonato no lo veían pero nosotros sí. Una cosa es decirlo y otra es llevarlo a cabo. Sabíamos que Díaz, García, Mónaco, entre otros, iban a competir. Les dije apenas empezó el año que tenían que competir y prepararse para todo el año. Cuando los vimos con posibilidades y los vimos bien, tuvieron la chance de poder jugar. Por eso no salieron, pero eso no quiere decir que son fijos. Pueden salir en cualquier momento más allá que son importantes para nosotros. Tenemos jugadores que ya tienen una experiencia y con el extra que son del club. Hay otros chicos más que vienen fuertes como Azcurra, Morales, el mismo Paradela que se lesionó lamentablemente. El fútbol argentino es muy duro, parece fácil pero vienen jugadores como Salomón Rondón y no juegan.
-¿Que te deja conforme del equipo?
-La forma de competir. Buscamos ser un equipo práctico. Intentamos mejorar y lo logramos defensivamente. Tenemos 15 goles en contra, de los cuales 5 nos metieron en un solo partido. El número no es malo y terminamos con seis partidos sin recibir goles. Un paso a mejorar es tratar de cuidarnos un poco más con la pelota. Por eso atacamos mucho por afuera, y al tener la línea de tres centrales, les da libertad para que avancen a los laterales. De local o visitante hemos jugado de buena manera.
-¿A mitad de año se termina algún contrato de jugadores?
-Tenemos dos o tres casos que se les terminan el contrato como Quinteros, Meza y Toledo. Estamos hablando con los dirigentes para solucionar estos temas. El caso de Toledo es más fácil porque no hay clubes de por medio. Él se quiere quedar y a mí me encantaría que siga, quiero que siga con nosotros. Y con Quinteros y Meza, hay clubes de por medio. Lo importante es que tienen ganas de continuar y es bueno para nosotros.
-¿La línea de cinco llegó para quedarse en el fútbol argentino?
-Según las características de los jugadores, la línea de tres es más ofensiva que la línea de cuatro. Se ataca mejor, cubrís el ancho de cancha, tenés una mejor movilidad de pelota en la línea baja. Los tres centrales te da la chance de liberar los laterales. Empiezan a jugar en mitad de cancha y son difíciles de marcar. En el fútbol está visto como defensivo, pero depende de los jugadores.
-¿Cómo se maneja la presión por el descenso?
-El jugador lo piensa y es un desgaste diario. Pensar en el descenso es un desgaste diario. En la época nuestra, nos cruzábamos con el hincha y ahí veíamos el termómetro. Hoy el termómetro son las redes sociales y todo el mundo se entera. Es difícil abstraerse de eso. Te lo cuenta tu papá, tu tío o tu mamá. Abrís el celular y lo tenés. Eso es una presión, futbolera pero presión al fin. El jugador necesita rendir para que el año que viene lo vengan a buscar de nuevo. En el fútbol se paga bien pero es un sacrificio muy grande el que hay que hacer desde chico. Es una presión extra pelear el descenso. Trabajamos mucho en la cabeza del jugador, al pensar únicamente en nosotros. El rival a competir nuestro, somos nosotros. Si estamos bien, le podemos competir a cualquiera.