Lionel Messi no brilló ante el Brest, pero le bastó con frotar la lámpara en el minuto 90 para dejar mano a mano a Kylian Mbappé y colaborar con la victoria 2-1 del Paris Saint-Germain. Luego del agónico triunfo, la Pulga se acercó a saludar a los ultras, una reacción totalmente distinta a la que había tenido en la última eliminación por Champions League.
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El PSG volvió a fallar a nivel europeo y quedó afuera ante el Bayern Munich. Lógicamente, esto enervó a los simpatizantes parisinos, pero no al nivel de enojo que tuvieron en la eliminación ante Real Madrid en la Champions 21/22. Por esta razón, Messi se acercó a la tribuna visitante del estadio del Brest y saludó a los hinchas más radicalizados junto a sus compañeros.
Esta no es una postura muy común del rosarino, ya que estuvo casi un año sin saludar a los ultras después de cada partido del PSG. De hecho, la imagen del 30 yéndose solo al vestuario mientras sus compañeros festejaban en el campo de juego se repitió muchas veces en el último tiempo. Sin embargo, esto cambió en el último tiempo.
Pero ¿por qué Messi estaba tan enojado con la "barra" del PSG? Luego de la debacle en el Bernabeú, los ultras eximieron de culpas a Kylian Mbappé, pero silbaron al argentino y a Neymar, además de marcarlos como los principales culpables del fracaso del entonces equipo de Mauricio Pochettino.