Interés General - ¿Justo?

Jueves 27 de Octubre de 2022 - 11:32 hs

El polémico gasto que decidió aplicar un restaurante y marcó una grieta

El dueño de un local gastronómico defendió la implementación de una taza extra: “Necesitamos que la gente consuma”.

El rubro de la gastronomía fue sin dudas uno de los más golpeados durante el peor momento de la pandemia de coronavirus. La recuperación del sector quedó en manos de cada local que buscó diversas formas para salir adelante. Entre varias de las iniciativas implementadas, hubo una que causó revuelo entre los comensales.

Óscar Solana, dueño de la Taberna La Solía, ubicado en Cantabria (España), quedó en el centro del debate por aplicar un recargo de 1,5 euros para todas aquellas personas que ocupen una silla en su restaurante y no consuman nada.

El bartender justificó esta medida diciendo que su bar es un negocio. “Están ocupando un sitio, si solo van a consumir cuatro personas, póngase en una mesa de cuatro”, manifestó en una entrevista para RTVE

El hombre, cuatro veces Campeón de España de Coctelería, intentó clarificar su iniciativa a través de un ejemplo: “Si viene una familia con un niño y el niño no toma, evidentemente no se le va a cobrar”, aclaró.

El prestigioso coctelero de España explicó que “la hostelería ha cambiado después del COVID. ¡Necesitamos que la gente consuma! A los hosteleros nos está afectando mucho la inflación. No somos el centro social del pueblo. Solo pedimos un poco de educación y de respeto”, sostuvo.

“Si de seis, solo consumen cuatro, les hubiéramos puesto en una mesa de cuatro. La gente tiene que entender que se trata de un negocio y que necesitamos que sea rentable. Si no, sería imposible”, añadió.

A pesar de ello, comentó que la taza se cobró en pocas ocasiones: “Lo habremos cobrado unas 5 veces y mayoritariamente entienden que, al final, sirve para sufragar gastos como la luz, la limpieza de los baños, el mobiliario o los impuestos. Alguno se ha enfadado, pero el porcentaje es muy pequeño. En muchos casos, de hecho, se acaban pidiendo un café”, indicó el propietario.

La postura generó todo una grieta entre los comensales: mientras algunos comprenden que una silla ocupada por alguien que no consume representa una pérdida para el local, otros se niegan a pagar por un servicio que no consumieron.

Fuente: Nexofin