A las 14 comenzó la lectura de la sentencia a los imputados por la explosión del edificio de calle Salta 2141 por la cual había 11 imputados, y la fiscalía había pedido prisión efectiva para 9 de ellos.
Sin embargo, el veredicto, que fue escuchado con estupor los los familiares de las víctimas, solo condenó al gasista Carlos García, quien manipuló el regulador de gas minutos antes de la tragedia que dejó 22 muertos. Le dieron cuatro años de prisión por ser considerado como autor “penalmente responsable” del delito de estrago doloso agravado. En tanto, los otros diez imputados (incluido su ayudante, Pablo Miño) resultaron absueltos por “insuficiencia probatoria”.
En pocos minutos de lectura, el ruido de la explosión, las sirenas, las ambulancias, la desesperación, la búsqueda, los escombros seguramente recorrieron el cuerpo de mamás y papás, hermanos y amigos de las 22 víctimas mientras observaban el fallo de los jueces a través de una pantalla grande ubicada afuera del Centro de Justicia Penal de Rosario.
Cuando terminó, y solo había recibido una pena de 4 años el taxista, el dolor, el recuerdo y la indignación se transformó en reacción.
Los familiares comenzaron a lamentar el fallo. Una de las sobrevivientes, Anahí Salvatore, recordada por estar colgada de una ventana pidiendo auxilio el día de la explosión manifestó a los medios: " "No estoy de acuerdo para nada, esto está todo comprado, hay gente poderosa que mueve esto. Es una falacia que no haya pruebas para condenar".
"Esto no termina siendo un cierre, esperemos que apelen. No hay ninguna sanción ejemplar, el único responsable no puede haber sido un gasista, eso no se lo cree nadie", remarcó Anahí, en declaraciones que publica Rosario 3.