Los tiempos cambian, y los trabajos no escapan a este avance del tiempo. Así como hay algunos que dejaron de existir, hay otros que surgen y otros que se reinventan. El ingenio popular lleva a que algunos se la “rebusquen”.
Este último es el caso de Martín Juárez, un publicista que se volvió en el primer y único sodelier (sommelier de soda) del país.
En diálogo con Primera Tarde, Martín habló de su pasión por la soda y cómo surgió la idea de convertirla en una profesión. "Desde hace dos años hago críticas de sodas. Empecé a buscar por todos lados y no encontré a nadie que lo hiciera. Así que me convertí en eso, y me autodenominé el sodelier" explicó.
Fundamentalista de la soda, asegura que vino a " poner la soda en el lugar que se merece, a la altura de cualquier otra bebida. Para mí la soda merece análisis, respeto y jerarquía. Baste de ser un acompañamiento de".
En cuanto a alas características de esta bebida, habló de dos extremos. "Mido la soda por el poder de baldeo, como baldea, raspa en la garganta". E incluso se animó a separarlas en dos categorías: "tenés sodas que se parecen a cuando la señora barre la vereda y la raspa. Una buena soda barre como burbuja nueva". Mientras que la otra categoría, la finamente gasificada "es como la cosquilla de un cepillo para la ropa". Todass las sodas van a estar en el medio de esos dos tipos según Juarez.
Por otro lado, nos contó que su sistema de cata de soda se basa mucho en el Vaso (el mejor es el típico, corto de bar, con forma en v y con una moldurita).
Otro aspecto de gran importancia gira en torno a burbuja, que est{a caracterizada en siete ítems: origen, composición y forma; sonido (“escuchándola podés darte cuenta de qué temperatura tiene, por el volumen”); duración; temperatura (“que afecta a todos los demás elementos”); tamaño; concentración o densidad; y acting o comportamiento (“recto en agua común, zigzagueante en agua mineral”).
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