Pasaron más de 10 días de una cargadísima agenda para Colón. Todo empezó después del partido contra Racing en Santa Fe y no paró hasta este sábado con el empate ante San Lorenzo 1-1. Está claro que el viaje a Perú complicó la idea del DT Pablo Lavallén de comenzar a darle forma a su idea, por eso a partir de este lunes la cosa se espera que sea bien diferente.
En todo momento el conductor sabalero expuso que la falta de tiempo era algo que le jugaba en contra y, pese a que la gente no se fue satisfecha por el punto logrado ante el Ciclón, el grupo sí lo hizo, ya que venía con una gran carga física y emocional. No poder ganar en la Superliga pesa, pero se piensa que esta recta hasta el duelo contra San Martín de San Juan tendrá algo nuevo.
Podría decirse que es lo que tanto estaba esperando el técnico, de ir gestando la identidad que pretende y que, dicho sea de paso, los jugadores lo vayan conociendo más a fondo. Fueron más que nada charlas y algunas indicaciones, ya que las cuestiones tácticas y futbolísticas se dieron en escasas ocasiones.
Pero como para ir teniendo radiografía, el 4-4-2 parece ser lo que predomina por el momento, aunque Lavallén tiene cierto apego por el 4-3-3 y el famoso despliegue de los internos. Para el duelo contra el Santo del lunes 1 de abril en Santa Fe, a las 21.10, estaría en condiciones de ser tenido en cuenta Gabriel Esparza y habría que ver cómo es la evolución de Matías Fritzler, que llegaría al límite después del desgarro. En tanto, Alex Vigo también tendría para varios días más.
Así luce el escenario para un Colón que necesita los puntos como el agua, ya que comienza a inquietar el promedio. Por ahora no hay preocupación, pero sí ocupación y el cuerpo técnico entiende a la perfección la urgencia.