El 2019 de Colón no se presenta de la manera esperada. Se buscó un golpe de efecto con la contratación de Julio Comesaña como entrenador tras el interinato de Esteban Fuertes y el ciclo de casi dos años de Eduardo Domínguez, sin embargo la crisis futbolística se agudizó. El paso del charrúa terminó siendo efímero, conviertiéndose en noticia más por lo que decía que por lo que se veía en la cancha.
Es así como ahora el que tomó la posta fue Pablo Lavallén y el refrán que dice: "técnico que debuta gana" y no pudo darse. La goleada de este viernes ante Aldosivi 3-0 reflejó las complicaciones de un equipo que, ante el primer golpe, no se puede levantar. Ante Racing se vio algo diferente, pero es verdad que comenzó ganando y a partir de allí se plantó mejor (se lo empararon sobre el final). Pero cada vez que arrancó abajo en el marcador nunca pudo darlo vuelta en esta temporada.
Esto hizo en este año solo haya sumado cinco puntos sobre 21 posibles (21 puntos de 60 en toda la temporada), algo que encendió las alarmas pensando en el promedio para el semestre que viene. Hoy no tiene problemas en ese sentido, pero podría hacer mella a futuro. Por eso no se puede regalar nada.
Pese a lo fuerte que suele hacerse en Santa Fe, es imperioso para el Sabalero fortalecerse en la ruta, ya que es el único que no pudo sumar de a tres en esa condición al cabo de 12 partidos, con saldo cuatro empates y ocho derrotas (seis goles a favor y 22 en contra). Por más que duela escucharlo, una campaña de descenso. "No me preocupa, pero si ocupa", dijo el nuevo DT, que ahora tendrá que armar el mejor equipo para viajar a Perú.
Justamente el plantel después de descansar en Mar del Plata entrenaba este sábado por la tarde en el predio de Ezeiza, al igual que el domingo, y después se embarcaba con destino a Lima para esperar el choque de ida de la primera fase de la Copa Sudamericana ante Deportivo Municipal. Hoy el presente no es el mejor, por lo que una victoria le vendría como anillo al dedo para recuperar algo de la confianza perdida.