La farmacia virtual Goldpharma ofrecía un amplio menú de productos médicos, algunos sumamente cuestionables. También, tenía un manejo al menos particular de sus finanzas.
Tras un operativo conjunto entre distintas fuerzas nacionales e internacionales como la Policía de la Ciudad y la DEA que incluyó 21 allanamientos en el país, Goldpharma cayó: se descubrió que vendía para el mercado estadounidense medicamentos altamente adictivos ligados a la crisis de los opioides y que luego lavaba sus ganancias a través de una segunda organización basada en Argentina que operaba con cuevas financieras, un circuito que comenzó con proveedores en Rumania e India y que terminó con diez argentinos arrestados y tres prófugos.
La investigación comenzó en julio de 2017 luego de que la oficina del fiscal del Distrito Este de Wisconsin y la Drug Enforcement Agency (DEA) se pusieran en contacto con la PROCUNAR -el ala de la Procuración dedicada a investigar narcotráfico a cargo del fiscal Diego Iglesias- para denunciar que habían rastreado hasta Argentina el núcleo de una organización criminal que vendía ilegalmente por internet a través de Goldpharma sustancias controladas en Estados Unidos.
Las fuerzas norteamericanas dieron cuenta entonces de la comercialización de diferentes tipos de drogas farmacéuticas tales como oxicodona, hidrocodona, codeína, tapentadol, metilfenidato, tramadol, alprazolam, carisoprodol, zolpiden y diazepam, tranquilizantes y analgésicos controlados por el Código de ese país, que esta organización delictiva comercializaba a través de proveedores en Rumania e India.
El modus operandi: una persona en Estados Unidos encargaba un medicamento en la página web de Goldpharma. Esta venta era coordinada a través de un call center en Argentina. Desde este lugar se controlaba el portal de Internet y se ponían en funcionamiento los engranajes que enviarían el producto de los proveedores -en Rumania e India- a Norteamérica. De esa transacción se obtenían las ganancias, montos millonarios, que se lavaban en cuevas financieras de la Ciudad de Buenos Aires.
Esto se vincula directamente a una de las mayores crisis de salud pública en territorio estadounidense: el abuso de opioides y la adicción a las pastillas. Noventa personas murieron por día durante 2017 gracias a esta problemática según cifras el National Institute on Drug Abuse, una pandemia que superó a la adicción a la metanfetamina cristal.
Organizaciones como Centers for Disease Control and Prevention estiman que en ese país la carga económica total derivada del abuso de opioides recetados solamente es de $78,500 millones por año; esto incluye los costos de atención médica, la pérdida de productividad, el tratamiento de la adicción y los costos de intervención de la Justicia penal.