El fiscal de juicio contra el anestesista Gerardo Billiris pidió una pena de 28 años de prisión contra el acusado. El letrado Marcelo Colombo le imputó los delitos de tentativa de femicidio, abuso sexual agravado y suministro de estupefacientes, también agravado, por su condición de médico, por haber facilitado el lugar, y por haber mediado engaño y violencia.
En su alegato, el titular de la Fiscalía General N° 8 ante los Tribunales Orales Federales afirmó tener por probado todos los hechos que fueron analizados en el requerimiento de elevación a juicio.
Además, Colombo requirió la pena de 20 años para el entonces relacionista público Juan Martín Mercado, como partícipe del delito de abuso sexual agravado, y tenencia y suministro de drogas. En cuanto al imputado Cristopher Rosenthal, solicitó 9 años por abuso sexual agravado.
Está previsto que este jueves la defensa del acusado dé a conocer sus alegatos. El juicio se está llevando adelante en el Tribunal Oral Federal N° 8, integrado por las juezas Gabriela López Iñiguez y Sabrina Namer y el juez Nicolás Toselli.
Los hechos y el juicio
El anestesista llegó a juicio por el hecho que tuvo como víctima a Belén Torres, que ocurrió en enero de 2017, en un departamento del barrio porteño de Palermo donde vivía Billiris, así como por otro caso previo, del año 2012, que se conoció tras hacerse pública la denuncia contra el médico.
El juicio comenzó el 8 de noviembre del año pasado y la Fiscalía General Nº 8 contó con la colaboración de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM) y la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección de las Víctimas (DOVIC) del MPF, durante todo el desarrollo del debate.
En la causa se juzgan seis hechos, en uno de ellos Billiris está acusado de tentativa de femicidio y recientemente se elevó a juicio oral un desprendimiento de este expediente que tiene a tres mujeres como víctimas, quienes declararon en este juicio en calidad de testigos de contexto.
El fiscal corroboró en la causa que existe un patrón común en el comportamiento de Billiris, ya que "la manera de conseguir que la víctima vaya a su casa es por medio de una oferta laboral, no es ocasional".
En tanto que las condiciones laborales que el imputado ofrecía, si bien eran tentadoras para la víctima, son bajo las condiciones que él imponía. Esto es un reflejo de la necesidad de comunicar hacia afuera precisamente "quién es el que manda".