Esta semana, los pesquisas de la Policía de Investigaciones (PDI) Región 1, lograron esclarecer la extorsión y el hurto calificado del que fue víctima una anciana, a quien robaron en su vivienda particular del barrio Candioti durante la jornada del domingo 10 de febrero.
En ese marco de trabajo policial aprehendieron a un psicólogo y policía, que también es sobrino de la mujer damnificada, y a su cómplice de 59 años. Además, los pesquisas de la PDI, convertidos en orfebres, lograron armar un verdadero rompecabezas, de lo que pareció un hurto de dinero previo ingreso con una llave a la vivienda de una anciana, y amenazas escritas en un papel, además del robo de su perro.
Hasta el perro se llevaron
El domingo 10 de febrero, una mujer mayor que vive en el barrio Candioti de Santa Fe, fue por la tarde a misa como lo hace regularmente. Cuando regresó al cabo de dos horas, vio que su casa tenía la puerta entreabierta, y si bien no había signos de violencia sobre las cosas, constató la faltante de dinero en pesos y en moneda extranjera del lugar en el que estaban guardados, de su teléfono celular y de su perro. Sí. También le habían robado su perro. Y para el remate de esta historia, halló sobre la mesa del comedor hojas manuscritas amenazantes en la que le exigían el pago de una abultada suma de dinero para no matar el perro.
Denuncia e investigación
La mujer, lejos de amilanarse, comprendió su situación, y el martes 12 de febrero, recibió una llamada intimidatoria, en la que el extorsionador le exigía el pago de una abultada suma de dinero en pesos, la que debía dejar colocada en la Plaza de las Banderas que está ubicada frente a la escuela Pizarro de Santa Fe. Ella fue a Policía y denunció el suceso. Luego, la novedad fue informada a la fiscal del Ministerio Público de la Acusación, María de los Milagros Parodi, que convocó a la jefatura de la Región 1 de la Policía de Investigaciones (PDI) y les ordenó que se abocaran a investigar y esclarecer el suceso.
Paso a paso
En ese plano, los investigadores dialogaron con la mujer, escribieron todos los detalles del suceso como si fuera una hoja de ruta, y pusieron proa a la plaza de las Banderas, aunque el extorsionador no fue al lugar. Al mismo tiempo y simultáneamente, los pesquisas fueron armando el rompecabezas. Y articularon los elementos del caso de una manera lógica: la puerta de la vivienda de la víctima estaba abierta cuando ella volvió de misa. No hubo violencia física en las cosas dentro de inmueble. Ella constató la faltante de dinero en efectivo de moneda extranjera y en pesos argentinos, que estaban debidamente resguardados en un lugar preciso e invisible. El ladrón dejo una nota sobre la mesa del comedor para que ella la leyera. Le llevaron además su teléfono celular y su muy amado perro guardián, siendo que el animal no reaccionó frente a la presencia de un extraño.
Inteligencia policial
En ese contexto, los pesquisas de la PDI, lograron determinar que probablemente fuera alguien conocido o un pariente, quien posiblemente no solo accedió a la vivienda, sino que conocía al dedillo el movimiento de la casa. En ese marco fue aprehendido el psicólogo y oficial policial de Medicina Legal de la policía capitalina en la dependencia policial ubicada en el primer piso de la Comisaría 1° de Santa Fe, adonde fue aprehendido el miércoles durante la mañana, cuando ejercía plenamente sus funciones como psicólogo de la fuerza policial, y fue identificado como F. A. C. de 43 años, luego fueron hasta su vivienda particular y le secuestraron un teléfono celular y su chaqueta de uso profesional. Durante la audiencia imputativa que fue celebrada al psicólogo en presencia del juez de Instrucción Penal Preparatoria Jorge Patrizi, el psicólogo asumió su responsabilidad en el hecho, y además, dijo adonde estaba el perro sustraído a su tía. El animal fue buscado el viernes por los pesquisas de la PDI en la ciudad de Recreo (en la casa de un amigo del psicólogo aprehendido) y y reintegrado a su dueña.
Apresaron al cómplice
Pero el enorme trabajo policial enhebrado y ejecutado en el más completo sigilo, tuvo ayer a la mañana su desenlace final, cuando los pesquisas se presentaron en el bar de la estación de servicio YPF ubicado sobre la avenida General Paz y pasaje Koch en el barrio Guadalupe residencial, y aprehendieron al complice del psicológo, policial y sobrino de la víctima. Se trata de un hombre de 59 años que fue identificado como J. J. M., luego le requisaron su vivienda particular de la que secuestraron dinero en efectivo de moneda extranjera y pesos argentinos, un teléfono celular y varias escrituras manuscritas con la misma caligrafía que las amenazas extorsivaqs que dejaron en la mesa del comedor de la vivienda de la víctima el domingo 10 de febrero por la tarde.
Hurto calificado y extorsión
Informaron la novedad sobre el resultado del procedimiento a la Jefatura de la Policía de Investigaciones (PDI) Región 1, y éstos hicieron lo propio con la fiscal del Miinisterio Público de la Acusación, María de los Milagros Parodi, que ordenó que el segundo hombre aprehendido en la estación de servicio YPF del barrio Guadalupe residencial, continúe privado de su libertad, que sea identificado y que se le forme causa como presunto autor de los delitos de "hurto calificado y extorsión".
