Pasó, por ejemplo, con las calculadoras. Los avances tecnológicos siguen revolucionando todos los aspectos de la vida, sobre todo la educación de las futuras generaciones. Resistido por los más grandes y casi una extensión de la mano para jóvenes y adolescentes, el teléfono celular llegó a la vida cotidiana para quedarse e instalarse como una nueva herramienta pedagógica.
Y en medio de este cambio de paradigma, hay países que se resisten a permitir el uso de estos aparatos en los colegios, y otros que lo asimilan y buscan la mejor manera de incorporarlo al aprendizaje. Mientras en Francia, este año se prohibió terminantemente a estudiantes de escuelas hasta los 15 años de utilizar sus teléfonos en establecimientos educativos, en nuestro país -y sobre todo,en nuestra provincia-, esto se piensa de forma diametralmente opuesta.
En una visita a los estudios de LT10, la ministra de Educación de la provincia, Claudia Balagué, expresó a través de El Cuarto Poder que "es bueno el uso de celulares en clase, aunque hay que "saber usarlo".
"Hoy hay herramientas infinitas para trabajar con los chicos y cuando se lo proponemos lo toman de manera increíble", destacó la ministra, al mismo tiempo que indicó que se trata de una herramienta pedagógica que "ayuda en todo momento", sobre todo en aquellas escuelas donde la mala conectividad no permite incorporar el uso de internet a las distintas clases.
Aunque se declaró a favor del uso del teléfono como instrumento en el aula, Balagué indicó que no alcanza sólo con esto para un buen aprendizaje sino que se trata de una combinación de dos cuestiones: "la buena utilización de la tecnología y nunca dejar de lado el razonamiento porque el proceso mental es básico para cualquier cosa".
"Hoy, la mirada de la educación es que desde el jardín, hay que hacer las dos cosas: lo básico y lo aplicado a herramientas concretas de la vida, donde el chico vea cómo aplicar los conocimientos", indicó.