Hay un gran culpable de un quiebre grande en la música argentina. Uno de esos giros que hicieron que todo sea diferente. Son pocas las obras que provocan este quiebre dentro de la cultura de una sociedad y aún es más difícil si se trata de una canción.
El responsable de tamaña responsabilidad fue Roque Narvaja. Si bien su sueño era ser piloto de avión y volar por el mundo tenía otra gran debilidad y era la música. Lo primero se volvió imposible y es por eso que este cordobés nacido en una familia de músicos creció entre tangos y folclore. Pero en plena adolescencia el jóven Roque agarró todos estos conocimientos musicales los puso dentro de una licuadora mental y musical y encontró entros sonidos. Algo nuevo que no solo iba a gustar sino que iba a rovolucionar la música argentina.
La versión original del tema de La Joven Guardia.
Fue mucho lo que absorbió Narvaja de afuera. No existía Spotify y mucho menos Youtube. Encontrarse con la música foranea era todo un desafío que el joven músico estuvo dispuesto a entfrentar. Así se encontró con el Soul y el jazz. Metió en sus oídos y en su cabeza a Ottis Reading a Wilson Pocket, Miles Davis y a la gran Aretha Franklin. Esto venía del país del norte. Con una fuerte impronta jazzera. El tema es que en Europa, cuatro muchachitos de flequillo estaban dispuestos a patear todo. A romper con todo y quedarse con el nuevo sonido y el mercado. Así llegan los Beatles a la vida de Narvaja y ya nada iba a ser igual.
En la mitad de la adolescencia y, con una guitarra, Roque formó, junto con sus amigos Hiacho Lezica, Félix Pando y Enrique Masllorens una banda a la que llamaron: La Joven Guardia.
Ensayaban todo el día. Escuchaban un vinilo y trataban de imitar a los Beatles. Querían ser como ellos y sonar de la misma manera. En cada ensayo. Ni bien entraban a la sala Masllorens tocaba la misma melodía. Pedía pista y era pegadiza. Tras un par de vueltas se sumaba toda la banda y sonaba perfecta. Era nueva, innovadora y se acercaba a lo que estaban buscando. Pero no tenía letra. No decía nada.
Los Enanitos Verdes hicieron una versión más rockera del tema.
Así fue que Narvaja, tras buscar varias opciones, decidió darle forma a la idea del pelo largo. Ese corte de cabello impuesto por los Beatles que tanto revolucionaba el mundo como una lanza provocadora que buscaba herir y generar nuevas respuestas.
“Inutil es que trates de entender o interpretar quizás sus actos”, canta el tema. La letra no iba con todo. No buscaba romper a los golpes. Era otra cosa. Era una invitación a entender los nuevos sonidos y los nuevos estilos. En pocas palabras, si bien era innovadora, no molestaba y se podía escuchar en todos lados. Más allá de imponerse como un código rebelde que se daba en el pelo que en esos momentos, era como el gran signo de lucha.
Con sólo 17 años Narvaja ya tenía un hit. Fueron a varias discográficas pero eran rechazados. El tema no gustaba, o mejor dicho no lo entendían.
Cómo se hizo la canción contado por sus protagonistas.
Tras varios portazos en RCA Víctor fueron escuchados y, a fines de 1968, pudieron grabarla. Solo le pidieron un cambio y fue que diga el extraño de pelo largo en vez de cabello largo como era originalmente. Se editó como simple en 1969. En el lado A, El Extraño del pelo largo y, en el B, Motores de Pastel.
En el verano del 69 se fueron a tocar el tema por la costa. Durmieron donde podían y comieron lo que les daban. Así fue que pasaron todo el verano y al regresar a Buenos Aires hubo una grata sorpresa: el tema sonaba en todos lodos. Tanto fue el éxito que se filmó una película con el nombre del tema.
La película que se filmó tras el éxito del tema.
En esos momentos el país estaba bajo la conducción de facto de Onganía y se había prohibido el pelo largo. La productora Argentina Sono Films tuvo que emitir una certificación, tanto para los actores como para los integrantes de La Joven Guardia, en la cual se especificaba que portaban pelo largo porque estaban filmando una película. De lo contrario, eran blanco fácil para que la policía los "invitara" a pasar una noche en alguna celda de alguna comisaría. Y les cortaran el pelo.
La versión de Roque Narvaja varios años después.
El extraño del pelo largo fue un éxito rotundo. Indiscutido. En sólo tres años desde la partida vendió 1,8 millones de copias. Es sin dudas uno de los pilares fundamentales de ese sueño que comenzaba a gestarse y que, más tarde, se llamaría rock nacional. En marzo de 2002, la cadena internacional de televisión MTV incluyó en su lista de "Las 100 mejores canciones del rock argentino" la canción «El extraño de pelo largo» en el puesto número 47. Para muchos críticos, este fue un gesto de revisionismo que le otorga a la banda su justo lugar como una de las pioneras del rock en su país.
La joven guardia marcó a toda una generación y fue el puntapié inicial que marcó el camino a seguir dentro de un género que, por esos momentos estaba lleno de sueños e ideales.