Las amenazas de bomba a las escuelas santafesinas se volvieron una constante en la ciudad. Por esta razón los alumnos deben ser desalojados al accionar el protocolo tras la llamada amenazante.
La escuela San Roque no está exenta de este problema y los últimos 10 días de clases recibieron un llamado alertando sobre un artefacto explosivo y tuvieron que retirarse del establecimiento.
Cansados de esta realidad, los docentes de la ecuela, decidieron dar clases en la vereda. Así fue que sacaron una pizarra a la calle y, a pesar de la llovizna y el frío, los chicos reciben conocimientos hasta que se habilite el acceso nuevamente a la institución. De esta manera buscan hacer frente a una problemática que no tiene solución.
En diálogo con LT10, María Ines Nessen, directora del establecimiento, explicó que desde el 25 de octubre reciben llamadas de amenazas de bomba casi de manera cotidiana. "Fueron ocho llamadas en los últimos días", explicó la docente y detalló que desde el segundo día de amenazas decidieron continuar con la actividad en la calle ya que no hay tiempo que perder y no se puede estar pendientes de este tipo de cosas".
Por otro lado la responsable de la institución explicó que "son 320 alumnos en la secundaria y casi la misma cantidad en la primaria. Son 600 alumnos en la calle dando clases por este tipo de amenazas". Al ser consultada sobre la custodia policial mientras se lleva a cabo la actividad, Nessen dijo que "es un riesgo que se toma y todos sabemos que es complicado. Por eso acudimos a la ayuda policial para poder desarrollar esta actividad normalmente".
Entre 45 mil y 55 mil por amenaza
Entre 45.000 y 50.000 es la suma que le demanda al Estado provincial cada amenaza de bomba, entre la Policía, la Brigada Explosivos y Bomberos, además de lo que supone en pérdida de horas de clase.
El gobierno de la provincia analiza la posibilidad de que los padres de los chicos que sean detectados en falsas amenazas bombas en las escuelas deban pagar el costo de los operativos: combustibles, horas hombres, gastos generados por la situación en general.
Esta medida se toma luego de que en la ciudad de Santa Fe y Rosario se registraran centenares de falsas amenzas de bombas en distintas escuelas desde marzo de este año.
Lejos de ser casos aislados el problema se convirtió en un verdadero fenómeno que tiene muy preocupado al gobierno provincial.