El Mundial de Rusia está a la vuelta de la esquina y por eso las expectativas crecen cada día más. Todos a su manera, van haciéndose la idea de que, durante un mes, toda la atención del planeta estará en un solo lugar y por eso los detalles de color están a flor de piel. La Selección Argentina ya está en Europa para continuar con la preparación y así cimentar el sueño de conquistar el título.
Cada previa es diferente y es así como Oscar Garré, campeón del mundo en México 1986, charló este jueves con Diez en la City por FM "X" 103.5, de cuáles son las posibilidades nacionales en la cita ecuménica. Pero inicialmente, contó cómo fue levantar la Copa: "Es fácil de contestar. Es el sueño del pibe que empezó a jugar en el barrio con un grupo de amigos y que luego fue profesional. Para eso hay que luchar, sacrificarse y dejar muchas cosas de lado. El apoyo de la familia también es fundamental. Cuando te pasa eso y salís campeón del mundo te acordás de todo eso. Te sentís como realizado. Son muchas cosas que se te vienen a la cabeza, como estar en el momento y día justo".
"Todo lo que es previo al Mundial lo vivís con muchas ansias, porque debe ser una de las mejores cosas que te pueden pasar en la vida. Es distinto a todo ponerte la camiseta de la Selección. Te ponés nervioso y le pasa a todo el mundo. Nosotros después de una charla importante que tuvimos en Colombia en el 86, se fortaleció el grupo pese a las críticas, algunas justas y otras injustas. Teníamos al periodismo un poco como rival, que está para felicitarte y también para criticar. Es parte de este deporte, aunque muchas veces son despiadados y con todo eso fuimos a México. Fuimos un grupo muy unido y por eso se celebró tanto el título. Teníamos muchas ganas de jugar y ponernos la camiseta. Es un sueño hecho realidad. El hambre de gloria lo hizo posible", acotó el Mago, que se emocionaba en cada una de sus palabras.
Respecto al presente del equipo de Jorge Sampaoli, expresó: "Si Argentina encuentra equilibrio en todas las líneas puede hacer un gran Mundial. No olvidemos también que tenemos al mejor del mundo y hay que aprovecharlo. Falto tiempo de trabajo, eso está claro. Hay tener en cuenta todo, pero la confianza debe ser clave".
Asimismo, tocó el tema de los convocados: "Pareciera que el jugador es tan importante que opacá al entrenador. Éste (por Jorge Sampaoli) debe morir con su idea e implementarla. Poner los nombres que cree son los mejores. Uno no puede puede tener relación con los 22, pero sí generar una fuerte unión. Acá no es porque juegan los amigos de Messi. Siempre va a existir ese comentario y estoy seguro de que no es así. Messi quiere estar siempre en la Selección y ser campeón. Viene golpeando puertas desde hace rato y sin dudas se lo merece".
Volviendo a lo anterior, resaltó que "cuando tenés la posibilidad de jugar para tu país te olvidas de la plata y cosas así, querés ganar. Pero el entorno juega también mucho, donde la tecnología también está en esto y la interacción es constante. Quizás eso hace que los jugadores no tengan tanto contacto con la gente, pero sé que se mueren por llevar a lo más alto la camiseta de nuestro país".
En el final, contó como fue jugar con Maradona: "Diego era uno más. Para afuera sí era como nuestro abanderado, pero dentro del grupo era tomar mates y compartir como con cualquier otro. Era un hincha más, disfrutaba de lo que hacía y te contagiaba. Era tan positivo todo que era complicado jugar mal. Los de abajo éramos medios picapiedras, pero hacíamos nuestro trabajo. Era extraordinario verlo jugar a Diego".