Sucesos - Los Monos

Martes 10 de Octubre de 2017 - 06:42 hs

Lo secuestraron por error y le pidieron “unos kilos” de asado para liberarlo

Un juez federal procesó a “Guille” Cantero por organizar un secuestro desde la cárcel de Coronda. Sus cómplices se equivocaron de persona y capturaron a un empleado metalúrgico rosarino.

"Es otro, nada que ver este amigo". Ese era el aviso por teléfono de uno de los integrantes de la banda de Los Monos a uno de los jefes, Ariel “Guille” Cantero, sobre el secuestro extorsivo cometido en Rosario y la “equivocación” sobre la persona que debían capturar.

La víctima era un empleado metalúrgico que le contó a sus secuestradores que su padre era carnicero. Sus captores terminaron pidiéndole que les "pasara un par de kilos de asado", le pidieron disculpas y lo liberaron en Seguí y Circunvalación, en la ciudad del sur provincial.

Por este episodio, el juez federal de Rosario, Carlos Vera Barros, Cantero como el cerebro del secuestro extorsivo, al considerar que el acusado organizó y dirigió desde su calabozo en la cárcel de Coronda la privación de la libertad de este joven, que fue levantado en una esquina de Barrio Triángulo y liberado una hora después, al comprobar los captores que no era la persona que habían seleccionado previamente para obtener un rédito económico con el pago de un rescate.

En la misma resolución, el magistrado le dictó falta de mérito a Nahuel Fernández, un joven de 26 años que fue detenido hace dos semanas acusado de ser uno de los que materializó el secuestro, debido a que valoró que no había evidencia para sustentar la imputación. Sí lo procesó por el hallazgo de tres armas de calibre 9 milímetros cargadas y listas para ser utilizadas, un fusil perteneciente a Gendarmería Nacional y municiones, que la Policía Federal encontró en su casa de José Ingenieros al 7600.

Esas armas estaban en la habitación de Ezequiel David Fernández, alias "Parásito", que es hermano de Nahuel y permanece prófugo desde aquel día en que fue buscado sin éxito. Este joven está acusado de ser quien mantuvo los diálogos telefónicos con Guille, a quien llama "Tío", los que de acuerdo a los fiscales del caso dejan en evidencia toda la premeditación, concreción y detalles del secuestro. Según el juez, Fernández consultaba y Cantero le contestaba.

El negocio de los secuestros extorsivos para financiar a los narcos

Diálogos

El secuestro de este joven metalúrgico, cuyo nombre se omite a su pedido, se produjo el 9 de septiembre pasado a las 19 en la esquina de Seguí y Espinillo de barrio Triángulo. Según Vera Barros, desde los primeros minutos de ese día, pasada la medianoche, se producen diálogos. "Parásito" Fernández le dice a "Guille" que está volviendo de un lugar que sería un galpón que iba a servir de espacio para el cautiverio de la futura víctima. A la tarde de ese mismo día Fernández le confirma a Cantero "acá estamos los cuatro jugadores" en alusión a los participantes del delito inminente. Durante toda la tarde, indica el magistrado, se mantienen diálogos en las que de debaten dos variantes: o secuestrar al sujeto que ya tenían observado o a uno nuevo, cuya fotografía sería enviada a "Parásito" por un contacto de Cantero.

A las 19.30 este joven operario fue interceptado por dos individuos que con armas de fuego lo obligaron a entrar a un auto rojo que sería un Ford Fiesta o Focus de cola larga y vidrios polarizados. Le cubrieron la cabeza y tras circular un rato lo hicieron bajar en un galpón donde permaneció con los ojos tapados.

A las 19.53 "Parásito" le señala a Guille que se habían confundido de víctima. "Es otro, nada que ver este amigo", le dice. Cantero le replica entonces si tenía la foto de la persona a la que querían retener. La respuesta fue que sí, que incluso se parecía, pero que el joven allí dominado tenía el documento y acusaba otro nombre. "Uh, y bueno, llevátelo igual, esperemos un rato a ver que dice...".

 

Unos kilos de asado

Luego la víctima dice su nombre en un diálogo que es captado por los investigadores, que hacían interceptaciones directas, y plantea que él trabaja en una planta metalúrgica y que su padre es carnicero. Ante lo cual Guille refiere que entonces irían a buscar carne a la casa del padre. Con lo que piden al cautivo que les "pasara un par de kilos de asado".

Allí se despliega entonces una discusión entre los delincuentes que indican que la víctima no tenía un lunar en la cara que era la referencia sobre la persona a capturar y que se habían confundido feo. Finalmente lo hicieron subir al auto, le pidieron disculpas y lo dejaron bajar en Seguí y Circunvalación con la indicación de que no los mirara.

Indagaron a "Guille" Cantero por planear secuestros extorsivos desde la cárcel

 

Fuente: LT10 - La Capital