Tres hombres ingresan a una tienda por un ventiluz y se roban $60 mil, 11 bolsos de mercadería y un televisor. Todo queda filmado por una cámara infrarroja. Uno de ellos tiene 17 años y queda a disposición de la Justicia de Menores y los otros dos son identificados. La policía detiene a uno de ellos y la fiscal Rosana Marcolín insta a la acción penal solicitando la medida cautelar por la gravedad de lo ocurrido y antecedentes penales.
Según el registro de antecedentes penales, el imputado cuenta con libertad condicional tras ser condenado por homicidio simple (la cual vence en abril de este año) además de declaración de reincidencia tras haber sido encontrado culpable anteriormente por robos reiterados. Tras una requisa realizada en su domicilio, la policía secuestra una escopeta (apta para el disparo) y un Home Theather (de un robo cometido el día anterior a este hecho) enterrados ambos en un patio.
Un dato que no es menor es que el individuo intentó falsear su identidad en la causa que se le seguía por una muerte violencia de la cual resultó con condena en 2009. Por ende, la fiscal fundó el pedido de prisión preventiva entendiendo que existía peligro de fuga o entorpecimiento probatorio tanto en los delitos que se investigan dentro de este proceso como en el anterior. Sin embargo, el magistrado entendió que no existían tales riesgos procesales.
Paradógicamente, el magistrado aconsejó al imputado que no reincida en su conducta delictiva. Al momento de rechazar la medida cautelar solicitada por la representante del Ministerio Público de la Acusación, Pocoví dijo: “Ud Romero; sepa que si comete un nuevo delito se le puede revocar la libertad condicional”. Evidentemente las imágenes de los ladrones del botín robado en la tienda de General López e Hipólito Irigoyen no fueron lo suficientemente claras para la autoridad judicial.