Ante la crecida del Salado, el secretario general de la Municipalidad, Carlos Pereira, sostuvo que el río permanece estacionario desde hace tres días, oscilando los 6 metros, y que no se estima que supere demasiado ese registro.
No obstante, dijo que hay “un punto crítico” en la ciudad, que es el barrio de la Vieja Tablada, en inmediaciones al frigorífico municipal, compuesto por unas 100 familias que viven por fuera del anillo de defensa. Además, recordó que con financiamiento nacional, ya se están construyendo viviendas para trasladarlos a Jesuitas (Loyola).
Mientras tanto, contó, el Polideportivo La Tablada está abierto como refugio, pero esos vecinos se niegan a trasladarse, como también se resisten a reubicar sus domicilios.
Por otra parte, Pereira pidió “tranquilidad a todos los vecinos que viven en la zona defendida de la ciudad”. “Santa Rosa de Lima, Chalet, San Lorenzo, las Barranquitas, tienen una memoria de historia trágica en relación al Salado, pero las defensas están consolidadas y no tienen ningún problema”, garantizó.