Por Miguel Cello - Gerente de noticias LT10
Que Santa Fe, en esta caso el Departamento la Capital, tiene una de las tasas más altas de homicidios del país, es un dato indiscutible. La provincia, con el fuerte impulso que le dan los números de la ciudad capital y Rosario, duplica la media nacional. Ahora, buscar el porqué y actuar con las medidas que hagan falta, es un desafío de todos. Primero de los gobernantes de todas las jurisdicciones, los dirigentes de todos los partidos y ámbitos, de la ciencia en todas sus disciplinas y de cada uno de nosotros, los ciudadanos. Ya sabemos las consecuencias, nefastas. Hay que detectar las causas, y con urgencia. Es cierto que la mayoría de los homicidios no se pueden prever, pero no menos cierto es que crímenes, especialmente los femicidios, son la resultante trágica de un serie de alarmas que se van activando y que aún se abordan en algunos ámbitos con total incapacidad de resolución o directamente con irresponsabilidad.
“Por qué mata el Hombre” es un libro escrito por la Doctora Teresa Waisman. La obra es objeto de muchos años dedicados al estudio de la violencia relacionada con la ciencia y con las humanidades. Ha buscado estudiar el porqué de esa tendencia hacia la agresividad. En alrededor de veintiocho ensayos, la Doctora Waisman busca ver desde distintos ángulos la problemática de la agresividad del hombre y que mejor que empezar con como se observa este fenómeno desde la literatura. Así la Doctora Waisman va analizando de manera detallada el rol que en la literatura se asocia al acto de matar, abriendo un abanico de posibilidades: la voluntad de los Dioses, pasando por los Caballeros Medievales, las guerras mundiales para finalizar con la modernidad, el rol de la locura y las distintas problemáticas sociales de nuestros tiempos que explican que el fenómeno no es nuevo, pero fundamentalmente que va en aumento.
Apelar solamente a palabras sagradas como justicia y libertad no es suficiente para encontrar que el ser humano adquiera conciencia del daño que se causa al tener este tipo de conducta Si no se las acompaña con acciones concretas, más la incorporación de las más importante de todas: Igualdad, es muy probable que sigamos contando muertos, a manos de homicidas, femicidas y todas las variantes que se nos ocurran. El resultado, siempre será fatal. Éste debe ser el instrumento de cambio para que el individuo decida por convicción limitarse, obligarse, ajustarse al orden establecido y tenga confianza y respeto por en el otro.
A quién es gestado, parido y criado en un ambiente hostil, lleno de carencias, estigmas, discriminaciones y además desprovisto de los instrumentos básicos de cualquier sociedad civilizada, como salud y educación que le permitan no sentirse distintos y por ende rechazados y señalados como lacras, no se podrá esperar que no sean violentos y que amen su vida y la de otro. Eso, es pedir un milagro y como todos sabemos, éstos se dan extraordinariamente. Mientras tanto urge tomar decisiones para dejar de fabricar violentos, violencia y víctimas inocentes.