Ante la queja de vecinos en la Oficina Municipal de Protección de Usuarios y Consumidores por el notable incremento de precios registrado en los repelentes en varios comercios de la ciudad, desde la Dirección de Derechos Ciudadanos se recomienda especialmente comparar en diferentes locales antes de realizar la compra.
La suba de precios se produce en el marco de la situación generada por la aparición de casos de dengue y el alerta generado ante las enfermedades de zika y chikungunya.
En ese marco, el director de Derechos Ciudadanos del Municipio, Marcelo Ponce, se reunió con el presidente del Colegio de Farmacéuticos, Damián Sudano, y la vicepresidenta de la entidad, Alicia Caraballo, como así también con el gerente del Centro Comercial de la Ciudad de Santa Fe, Fabián Zanutigh. “El objetivo fue expresarles la preocupación y disconformidad con respecto a la actitud de algunos comerciantes de nuestra ciudad que incrementaron los precios de los repelentes, llegando en algunos casos a aumentos de hasta más de un 50% en el valor de estos productos”, contó Ponce.
En diálogo con LT10, comentó que según le explicaron, algunos comercios minoristas están teniendo problemas de stock. No así las grandes cadenas, que son las que suscribieron convenios de precios con las principales marcas de repelentes. Sin embargo, lo que más inquieta al gobierno local es la actitud “negativa” y “abusiva” de ciertos negocios, que han llegado a cobrar 120 pesos un spray.
Asimismo, señaló que “el gerente del Centro Comercial se puso a disposición para evaluar posibles acciones que se puedan llevar adelante”.
“Ante esta preocupante situación y la imposibilidad práctica de cualquier tipo de sanción, nuestra recomendación a los vecinos es que a la hora de comprar estos productos, comparen precios para evitar especulaciones económicas de algunos comerciantes”, concluyó.
Cabe destacar que al no existir vacunas que prevengan el contagio del dengue, zika y la chikungunya, una de las medidas más importantes de prevención es el uso de repelente sobre la piel expuesta y sobre la ropa, con aplicaciones cada 3 horas, como así también la utilización de espirales o repelentes en tabletas en los domicilios, más allá de las otras sugerencias tendientes a disminuir los criaderos de mosquitos.