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“Avenida Freyre es zona liberada, totalmente. Los robos son de día, con la misma modalidad y parecería que son cometidos siempre por la misma persona. Tengo grabado al delincuente y pienso hacer copias para llevar a la comisaría, pero sólo para que tengan las imágenes de recuerdo, porque seguramente no van a hacer nada”, explotó esta mañana Juan Carlos Duso.

Este comerciante, de 59 años es encargado de la fábrica de pastas Doña Adelina, ubicada en la cuadra de avenida Freyre al 3100. Su comercio fue blanco de un solitario delincuente en horas de la tarde de ayer, cuando era atendido por su hija.

“Voy a imprimir la imagen del malviviente para que todos los habitantes de la zona conozcan su rostro y no pueda entrar más a ningún lado. Nosotros pagamos los impuestos para que sea la Justicia la que tome cartas en el asunto, pero no lo hace”, se quejó el hombre.

“Ya perdí la cuenta de cuántas veces me asaltaron -añadió-. Ya sufrimos seis o siete golpes en lo que va del año. Ya ni me molesto en hacer las denuncias, porque te hacen perder el tiempo. Te tienen esperando por horas, para nada. Nunca recibí respuestas de ningún tipo”.

El hecho

El último robo ocurrió cerca de las 19 de ayer, cuando la hija del encargado atendía a dos clientes. En ese momento, apareció en escena un solitario sujeto que estacionó su moto en la vereda, sin detener el motor. Luego, entró al local y solicitó a la empleada una bolsa de pan rallado, pero cuando la joven preparaba el pedido, el delincuente se abalanzó sobre ella y amenazó con matarla, mientras aferraba lo que parecía un arma de fuego que llevaba bajo la cintura del pantalón. Luego de cargar en sus bolsillos el dinero que había en la caja registradora, el ladrón abordó su vehículo y desapareció.

“Lo mismo le pasó a la gente de la Farmacia Abregú, con siete clientes adentro, el viernes pasado. También, mientras la policía estaba conmigo, un negocio de la esquina de avenida Freyre y Vera sufrió un robo similar. En tres cuadras, le robaron a casi todos los comercios.

Hartazgo

“Tengo 59 años y cansa esta situación. Trabajé toda mi vida. Hoy, tuve que llamar al herrero a las 8 de la mañana para que venga hacer una protección. Vamos a tener que atender detrás de las rejas. Estoy viviendo en una época que no entiendo. El civil trabaja detrás de una reja y el delincuente en el calle. Es de terror. No es cansancio, es hartazgo lo que siento. Viví 27 años en Mar del Plata y hace tres que volví porque había mucha inseguridad allá y pensé que acá iba a estar más tranquilo, pero me equivoqué. Hoy estamos viendo que la droga avanza, y los gobernantes y la Justicia fomentan la delincuencia”, concluyó Duso.