En la madrugada del lunes clavó los ojos en el televisor para ver su gol tantísimas veces, el corazón le latió más de lo habitual y el pasado se le hizo presente de manera constante. Cristian Guanca recién cerró los ojos a las cuatro de la madrugada, por culpa de la emoción y también de sus amigos y familiares. Claro, la batería de su teléfono se le agotó varias veces por la cantidad enorme de mensajes. De los de River y de su querido Chacarita. Pero también de Reinaldo Merlo, el que lo llevó a Colón, y los de Boca, que no sabían si compartir la alegría o mandarlo a defecar. “No caigo, fue el partido soñado”, fue la frase que más repitió al otro día del golazo que le convirtió Orión, en charla con Olé donde contó su historia de sacrificio y esfuerzo familiar tras vivir una dura infancia. El domingo tuvo su premio.
El Chino llegó de Chacarita a principio de año. En los tres partidos anteriores ni siquiera había integrado el banco pero el domingo ingresó a los 65 minutos. En una de las primeras pelotas que tocó, le arruinó la noche a Boca. “Aún no lo puedo creer”, repite. No es para menos. A los 21 años debutó en Primera División luego de remarla muchísimo tras padecer una infancia difícil en Don Torcuato. “Vengo de una familia humilde, a veces de chico no teníamos nada para comer. Por suerte Darío Fernández, el padrino del Kun Agüero, y mis abuelos me ayudaron mucho. Me daban de comer y plata para ir a entrenar”, cuenta. Y se emociona al recordar lo que hacía su viejo para que no faltara comida en la mesa. “Ibamos a Florida en una camioneta, cargábamos basura para conseguir cartón y que nos dieran dinero. El es albañil y siempre se las rebuscó por nosotros. La pasamos mal, mal y en estos momentos me acuerdo mucho de eso”, dice. Por eso agradece que su papá (Andrés, alias Guanqui), hermano (Alfredo) y tres tíos estuvieron en la cancha en ese momento tan feliz. La mamá y la hermana se quedaron en Don Torcuato: “Me llamaron, estaban emocionadas”.
Su familia era de Boca pero después se hizo de Chacarita cuando Cristian comenzó a jugar en el club, donde se inició a los siete años. “Los de Chaca me llenaron de mensajes”, comenta. También Mostaza le escribió. “Te felicito pibe, seguí así. Abrazo”, mandó el DT. El le respondió a través de Olé : “Le voy a estar siempre agradecido por esta posibilidad de jugar en Primera”. Y se ríe con un mensaje de Tete, su amigo bostero: “Me complicaste el día, no sabía si gritarlo o putearte, ja”.
Atenti, el joven sabe lo que significa el sacrificio y por eso no se permite marearse: “No me puedo quedar sólo con el gol”.
Martes 10 de Marzo de 2015 - 00:46 hs
Cristian Guanca: “A veces no tenía nada para comer”
El autor del golazo que le arruinó la noche a Boca, cuenta su humilde historia en Olé. Y dice: “Todavía no caigo, fue el partido soñado”.