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 Racing pisó fuerte en su debut en la Copa Ciudad de Mar del Plata. Vapuleó por 4-1 a un Boca que se desconcertó rápido y dilapidó sus chances jugando la mayor parte del tiempo con nueve hombres.

Pasó de todo en el primer tiempo. Habían transcurrido apenas 35 segundos de juego cuando apareció Jonathan Calleri para empujar la pelota para el primero, aprovechando las dudas defensivas de La Academia.

Pero a partir de entonces, creció el equipo de Diego Cocca, y Gustavo Bou tuvo dos: una pelota que pegó en la parte exterior del arco y un mano a mano que le ahogó Agustín Orion. Pero a los 17 fue la vencida, ya que logró la igualdad cara a cara con el uno xeneize. Después, a los 22, una gran jugada terminó con una asistencia de Bou para que Diego Milito definiera solo para el segundo.

Después llegó la violencia. Cristian Erbes vio la roja a los 24 por golpear en la cara a Ricardo Centurión, apuntado por su modo de juego. Y a los 28, Leandro Marín le tiró una patada criminal de antología que lo sacó del partido lesionado en su gemelo izquierdo y le motivó una expulsión que sonó a castigo leve.

Pareció que Racing intentó apostar por la decantación ante un rival con dos hombres menos. Y no se equivocó, porque a los 44 volvió a la red gracias a Bou.

El segundo período continuó en la misma sintonía. A los 26, el ingresado Brian Fernández arrastró a Orion y Bou terminó empujando el balón para el cuarto. No había mucho más que demostrar ante un rival sin respuestas y el final llegó inexorable, demostrando que la magia del campeón sigue intacta, al igual que las dudas de Boca.