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 El ministro de Economía, Axel Kicillof, alertó este lunes que si los empresarios otorgan aumentos salariales de un 50%, tal como reclaman algunos sectores sindicales, " se fundirían".

"Los salarios no pueden subir 20% más que los precios que cobran las empresas donde la gente trabaja. Si no, se fundirían todas las empresas", sostuvo el funcionario. Así el titular de Economía salió al cruce de las declaraciones del secretario general de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) Roberto Fernández, quien anticipó que su gremio reclamará un ajuste salarial de 50% en las paritaria del año próximo.

En declaraciones a radio Continental, el ministro señaló: "recuerdo que en enero del año pasado también estaban armando un escenario de aumentos salariales del 60%, pero cuando empezaron las negociaciones, las paritarias se fijaron como se fijan en economías como la nuestra, una economía muy dinámica".

"El Gobierno nunca fijó un techo en la paritaria privada, mientras que la paritaria estatal siempre se encuentra bastante en línea con la privada", puntualizó el funcionario.

Además, destacó que "el Gobierno siempre propuso que los salarios en la Argentina, en términos reales, crezcan. Hay que tener en cuenta que buena parte de las decisiones salariales las toma el sector privado".

• "No estamos desesperados por conseguir dólares"

En la misma entrevista radial, Kicillof se refirió también al canje anticipado del Boden 2015, al que volvió a calificar como "tremendamente exitoso". Además, señalo que a los inversores se les ofrecieron "dólares frescos y prefirieron quedarse con los bonos". En esta línea, aseguró que la Argentina "no está desesperada por conseguir dólares, como estuvo en otras épocas", y garantizó que el año que viene, el país podrá afrontar "sin problemas" los vencimientos de deuda.

Tal como lo hiciera en declaraciones anteriores, el ministro de Economía no sólo defendió la medida diseñada por el Gobierno, sino también su implementación. "Dijeron que estuvo mal hecho técnicamente. La semana pasada cayeron los bonos de todos los países y también los de la Argentina, entonces el precio que ofrecimos no les convino (a los bonistas). Y bueno, sucede que la Argentina no está desesperada por conseguir dólares, como ocurrió en otras épocas", enfatizó.

"Si hubieran visto problemas, se hubieran ido como ratas por tirante llevándose sus dólares para hacer mejores inversiones", cerró contundente.