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 Los ganadores fueron seleccionados entre 1130 experiencias que realizaron 951 escuelas de todo el país, en las que participaron unos 112.000 alumnos.

El concurso fue lanzado en mayo pasado en el marco del Programa Nacional de Educación Solidaria, y se reitera año a año desde el 2000.

Huertas comunitarias, protección del patrimonio cultural o del medio ambiente, carpintería solidaria, turismo, espacios para la juventud, actividades vinculadas a la salud para sectores carenciados, son algunos de los proyectos presentados.

Los premios, que oscilaron entre 10.000 y 15.000 pesos, fueron entregados por el ministro de Educación, Alberto Sileoni, en un acto en la sede de esa cartera nacional.

El ministro sostuvo que "el Estado debe mirar con un ojo más agudo porque es muy desalentador trabajar con mucho compromiso y recibir el mismo trato que el que trabaja menos".

"Siempre nos queda la sensación de que no reconocemos a todos los que debemos reconocer pero por lo menos con este programa y con otros, siempre estamos preocupados por el reconocimiento", destacó Sileoni.

Al mencionar el valor solidario de los distintos proyectos y el carácter "transhistórico de la solidaridad", el ministro aseguró que "lo que ustedes están haciendo es mejorar la sociedad argentina".

El ministro destacó que "la escuela cuando habla de valores está cumpliendo su función más estricta, por supuesto que la escuela tiene que hablar de teoremas, de literatura, de física, y también sabemos que ahí tenemos una deuda", pero "éstos también son aprendizajes que muchos pensamos que son prioritarios".

Uno de los primeros premios fue para el proyectos "Ver mejor", que produce anteojos para pacientes oftalmológicos necesitados, de la escuela técnica estatal Nº3 "María Sánchez de Thompson", de la ciudad de Buenos Aires.

Otro premiado fue "Arte para el alma", de la escuela media de Bellas Artes "Francisco A. de Santo", de La Plata, que plantea la restauración e intervención artística de biombos separadores para salas de enfermos terminales en el hospital de agudos de la capital bonaerense.

En el caso del proyecto de huertas orgánicas de la escuela intercultural bilingüe Tajy Poty 1407, de Gobernador Roca, Misiones, "el desafío de un trabajo solidario es muy grande porque se trata de una escuela donde se trabaja con una cultura diferente", aseguró a Télam el rector, Roque do Santos.

Se trata de un establecimiento rural, ubicado a unos 100 kilómetros de Posadas, cuyos alumnos provienen de comunidades mbya guaraní.

"La escuela tiene un sistema de alternancia, una semana de permanencia en la escuela y una semana los alumnos vuelven a sus casas; se trata de transferir conocimientos sobre producción de hortalizas y esa capacitación la realizan alumnos en la lengua de sus comunidades", añadió el rector.

El proyectos del colegio secundario "Don Jaime de Nevares", de Bariloche, es una "Iniciativa popular juvenil" de estudiantes que promueven una audiencia pública juvenil anual para discutir los problemas de los jóvenes.

"En esa audiencia buscamos expresar nuestras necesidades", aseguraron a Télam Pablo Langone y Jairo Bodarin, ambos de 17 años e impulsores de este proyecto que se inició hace tres años, e incluye a jóvenes desde la escuela secundaria hasta 29 años.

"La mayor necesidad que tenemos es que haya lugares donde los jóvenes nos podamos expresar, cantar, jugar a la pelota, y que no haya chicos en la calle, en las esquinas", precisó Bodarin.

Sobre la demanda de trabajo de los jóvenes de la zona, Langone aclaró que "es un tema importante, más en Bariloche que es una ciudad muy desigual, donde algunos tienen mucho y otros tienen muy poco; justamente esta escuela es humilde, de gestión social".

Cada escuela, cada proyecto expresa una realidad distinta, particular, en la que alumnos y docentes se sensibilizan y logran articular los procesos de enseñanza-aprendizaje con el compromiso social.