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El director del Programa Delito y Sociedad de la UNL, se refirió al anuncio de la presidenta sobre el nuevo código de procesal penal argentino.

En este sentido, Sozzo dijo que se pasa de un código inquisitorio a un acusatorio, donde “se privilegia el trámite de carácter oral, hay una fuerte diferenciación de los roles, quien investiga y acusa, quién defiende y quién juzga. Se trata de un diferenciación que solo es un punto de partida. En el marco de dos modos de funcionamiento de la justicia penal se escoden otros problemas que exceden la diferencia entre acusatorio e inquisitorio”.

Asimismo, el sociólogo señaló que “para que funcione el modelo acusatorio, se requiere una inversión de presupuesto y capacidades por parte de la estructuras encargadas de administrar justicia. Pero creo que hay que generar un debate acerca de por qué este tipo de reformas son buenas y cuál es el objetivo que estamos persiguiendo. Muchas veces se instala en el discurso mediático que estas reformas van a producir una reducción en el volumen de delito cuando son incapaces de producir ese resultado. Pueden generar la producción de mayor nivel de justicia en forma más adecuada”.

Consultado sobre el Observatorio de la reforma de la justicia penal en Santa Fe, Sozzo sostuvo que “nos parece importante saber cómo estas reformas se implementan. Se va a realizar una encuesta con defensores públicos, con fiscales y jueces para hacer una evaluación del proceso de reforma en los primeros seis meses. Se rescata la perspectiva de los actores involucrados”.