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San José del Rincón enfrenta su primera crecida con la estructura de gobierno propia de un municipio, y el río —indiferente al cambio de estatus— no sólo vuelve a exponer las vulnerabilidades históricas de esta ciudad costera, también amenaza con generar problemas mucho más graves —porque el acuífero está al nivel del suelo— si se combina con lluvias intensas, un escenario de riesgo a partir de la primavera por la llegada del fenómeno de El Niño (ver página 3).

En una entrevista con El Litoral, los funcionarios del municipio reconocieron que hay unas 3.000 personas que viven en zonas de alto riesgo hídrico, con cotas muy bajas (12,5 IGM, en Los Espinillos, por ejemplo) y en sectores que deben funcionar como reservorios, en barrios como la Acería, Villa Añatí y la Cina Cina, entre otros. También en áreas residenciales de Villa California, cerca del terraplén y fuera del anillo de defensa, donde hay ranchos.

“En los últimos años, se permitió que estas familias se asienten en estos lugares y ahora es un verdadero desafío manejar la situación cuando hay tormentas fuertes y crecidas del río”, planteó Carlos Sánchez, que asumió en diciembre pasado la intendencia de Rincón y que durante los últimos meses debió afrontar dificultades de salud.

Los Espinillos. En este barrio, que tiene un cota muy baja, hay varias familias viviendo en zona de reservorio. Ya hay bastante agua acumulada por el efecto de la lluvia del lunes, las filtraciones de la defensa y la altura del acuífero, que ya está al nivel del suelo.
La historia de Rincón está atravesada por las crecidas del río. Cada generación rinconera lidió con varias inundaciones, pero en los últimos 15 años se incrementó el nivel de riesgo por dos causas centrales: el boom inmobiliario de la Costa, que aumentó la cantidad de familias de Santa Fe que se mudaron a Villa California y Colastiné Norte, y el crecimiento del número de familias que se asentaron en Villa Añatí, Los Espinillos y la Acería. Algunas viven en los reservorios, en el sector del canal colector de la defensa e incluso sobre el talud del terraplén.

“En las últimos meses, realizamos obras de desagüe y de bombeo para mejorar la situación de estas familias, pero están radicadas en sectores de riesgo”, advirtió Sergio Trevisani, secretario de Servicios, Obras Públicas y Recursos Hídricos de la Municipalidad de Rincón, quien participó de la entrevista junto a Jonatán Roberto, subsecretario del área, y Ana Vega, subsecretaria de Desarrollo Social.

Al analizar la situación con El Litoral, Sánchez fue sincero: “En el corto plazo, no podemos trasladar a estas familias. No hay muchos terrenos aptos dentro del anillo de defensa para reubicarlos, por lo que es un tema complejo hacia el futuro y que deberemos analizar con las autoridades provinciales”.

El Instituto Nacional del Agua (INA) está elaborando el Plan de Desagües de la Costa para las ciudades de Santa Fe y Rincón, que encargó el municipio santafesino, con el objetivo de mitigar el riesgo hídrico. En esta planificación —que ya está en su segunda etapa— se definen obras de desagües y nuevas zonas de reservorios y estaciones de bombeo. “Estamos participando de la elaboración del plan. El INA ya nos remitió dos informes con las obras previstas”, contó Trevisani.

Ésta es una de las prioridades para la Costa, pero también es estratégico lograr que la gente cuide las defensas —y que el mantenimiento sea constante—, una cuestión que se complica, hay que reconocerlo, por la propia idiosincrasia de los pobladores costeros, que tienen animales en la isla, sectores donde se elaboran ladrillos y un movimiento importante de camiones para sacar tierra.