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  "Lamento decirlo y quizás parezca un poco arrogante, pero eso es algo que no vamos a negociar, va a ser contemplado y tiene que ser contemplado: nosotros tenemos el derecho de vender cerveza". Las palabras fueron del Secretario General de la FIFA, Jérôme Valcke, en 2012. Por aquel entonces, en Brasil se discutía si debía cambiar la ley para que se puedan vender bebidas alcohólicas en los estadios, o no. ¿El resultado? El organismo fiscalizador del fútbol tuvo su recompensa y el Gobierno de Dilma Rousseff aprobó la nueva reglamentación.

A 14 días del comienzo del Mundial Brasil 2014, y luego de haberse registrado varios incidentes entre hinchas de diferentes seleccionados, representantes de la FIFA reconocieron que es posible que se prohíba la venta de alcohol en "algunos partidos de alto riesgo". Los seleccionado sudamericanos son los más apuntados por los organizadores, que, sin embargo, aseguraron que "aún no fue necesario hacerlo". Además, tienen en carpeta otra medida para reforzar la seguridad en los estadios: dividir los puntos de ingreso de público.

La confesión sobre estas posibles medidas llegó luego de una pregunta sobre los incidentes registrados durante la competencia, en el que la presencia argentina se repitió en varias oportunidades: las peleas contra los brasileños en el Maracaná y en las calles de Belo Horizonte, el cruce con los chilenos en la playa de Copacabana y el hincha que recibió un balazo en la pierna durante la noche de Porto Alegre. "Tenemos invitados del mundo entero, no hay espacio para episodios así en este Mundial", dijeron los portavoces de la organización.

Aunque estos puntos están en los planes, desde la FIFA aclararon que todavía no han encontrado casos en los que merezcan ser aplicados. "Si se ve necesario, tomaremos esas medidas para partidos especiales, pero todavía no se ha dado el caso", dijo la Directora de Relaciones con los Medios, Delia Fischer, en una rueda de prensa en el estadio Maracaná, antes del inicio del empate entre Francia y Ecuador.