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"No hubo ningún avance." La frase, lapidaria, ilustra las complicaciones que tiene la AFA para conseguir un mayor aporte de su principal socio: el Estado. A eso fue ayer Julio Grondona a la Casa Rosada: se reunió con Jorge Capitanich en busca de billetes frescos. "Fue a pedir más plata. Lo que nos corresponde", contó alguien al tanto del encuentro.

El veterano dirigente le recordó al ex gobernador de Chaco -presidente Sarmiento de Resistencia, en uso de licencia- que los clubes no ingresan dinero por la ausencia de hinchas visitantes en las canchas. Que los costos fijos derivados de la organización de un espectáculo futbolístico aumentaron en línea con la inflación. Y que el propio Estado no está cumpliendo con las actualizaciones anuales que fijaba el contrato asociativo firmado entre la AFA y la Jefatura de Gabinete de Ministros en agosto de 2009. Ese documento dio origen a Fútbol para Todos. Si bien el canon anual trepó de $ 600 millones en 2009 a los $ 825 actuales, en la casa del fútbol estiman que el Gobierno les debe alrededor de $ 650 millones. De acuerdo con los últimos balances de los clubes de Primera e Independiente, el pasivo global trepa a los $ 2444 millones