Política - Malvinas y más

Jueves 29 de Marzo de 2018 - 16:00 hs

Relatos de “una guerra sin odio”: entrevista a Martín Balza

El ex jefe del Ejército tiene mucho para contar de lo sucedido en las Islas y fuera de ellas. La respetuosa relación con los ingleses. “La desmalvinización” del país. La emoción por la reciente identificación de uno de sus subalternos en Darwin.

Actualizado: Lunes 02 de Abril de 2018 - 08:24 hs

Martín Antonio Balza es bonaerense, nacido en Salto. Fue jefe del Ejército durante el menemismo (entre 1991 y 1999), y por esto es que muchos argentinos lo recuerdan. O quizás, por haber sido el primer militar de alto rango que reconoció públicamente las violaciones sistemáticas a los derechos humanos de la última dictadura y ordenó a sus soldados desobedecer las órdenes inmorales que recibieran. 

Pero además, es veterano de la guerra de Malvinas, y tiene mucho para decir. Sobre todo en tiempos en que 90 soldados fueron identificados y recibieron justa sepultura en el Cementerio de Darwin. Uno de ellos, el teniente Alberto Ramos, formaba parte de su unidad hacía cuatro días cuando falleció. 

La emoción de los familiares al visitar las tumbas en Malvinas

“Tuve poco tiempo de conocerlo pero en ese poco tiempo aprecié en él un excelente profesional, un artillero, que me quedó marcado para toda la vida por las circunstancias en que él fue calificado inicialmente como desaparecido”, recordó. “Y digo ‘desaparecido’ y no ‘NN’. Siempre los consideramos por su grado, su nombre y su apellido. Para nosotros nunca fue un NN. Fue un desaparecido, pero gracias a Dios se le ha dado una cristina sepultura”, enfatizó. 

Balza recuerda perfectamente las circunstancias de la muerte de Ramos. El ataque se había iniciado el 11 de junio de 1982 alrededor de las 23. “Fue un pandemónium en combate toda la noche. Nosotros hicimos fuego apoyando a los infantes del R7 pero se produjo un repliegue hacia la zona de Puerto Argentino. Y cuando amanece y ya llegamos al mediodía del día 12, tomamos conocimiento de que el teniente Ramos no estaba entre las tropas que se habían replegado. Y nunca más lo encontramos, hasta ahora”. 

El teniente Ramos, fallecido en combate, desaparecido ya hora identificado. 

 

“Siento por él un profundo cariño como jefe. Merece su sepultura y el reconocimiento de todos los que lo conocimos”, expresó.

"GUERRA SIN ODIO"

Consultado acerca de la relación con los militares del bando contrario, Balza responde con anécdotas. 

“A fines de octubre de 1996, yo había terminado una visita oficial invitado por el ministro de Defensa y el jefe del Ejército inglés en Londres, y me fue a visitar al hotel el general victorioso del conflicto del Atlántico Sur, Jeremy Moore. (Durante la guerra) él era general y yo era un ignoto teniente coronel. Pero luego yo fui jefe del Ejército, él general retirado, y tuvimos un breve pero interesante contacto epistolar. Primero porque una revista le asignaba unas declaraciones un poco duras para las tropas argentinas, y entonces yo le hice una carta y la entregué en la embajada. Me contestó diciendo que le habían distorsionado las declaraciones y que sentía un profundo respeto por el Ejército argentino. Eso fue en el 92. Unos meses después  tuvimos un accidente en Croacia, cumpliendo una misión de paz donde perdieron la vida dos suboficiales nuestros. El general Moore me envió una carta no formal. Manuscrita y en inglés. Me daba las condolencias y me ofrecía los mejores deseos y un saludo. ¡No recibí de ningún argentino una carta como la de él”, dijo, agradecido. 

Balza con el ex presidente Carlos Menem, que lo mantuvo como jefe del Ejército por ocho años. 

Luego de ese “intercambio epistolar” fue que se concretó la visita en el hotel donde Balza se hospedaba en Londres. “Charlamos una hora. Aprecié en él un digno, valiente y excelente profesional”, valoró. 

El inglés que sepultó a los soldados argentinos

Y la relación con los británicos no sólo mejoró con el tiempo, sino que fue de respeto mutuo durante el conflicto mismo. 

Balza fue prisionero de los ingleses por 30 días. Durante uno de esos días, militares galeses fueron a saludarlos. “Venimos a felicitarlos porque ustedes combatieron muy bien”, les dijeron. “¡La primera felicitación que recibió el grupo fue de los británicos!, expresó, sorprendido y nostálgico.

“Nosotros no peleamos por la señora Thatcher, peleamos por Inglaterra y por la reina”, dijeron sus rivales en esa ocasión; un capitán que estaba con Balza contestó: “Nosotros no peleamos por Galtieri ni por las juntas (militares), peleamos por un sentimiento”. Y así fue como terminaron dándose la mano y comiendo una lata de durazno al natural marca Inca. “Fue una guerra sin odio”, asegura.

La familia santafesina que empieza a cerrar las heridas de Malvinas

Y fue también un conflicto negado, escondido, con un “regreso humillante” para nuestros héroes. No se dejó que el pueblo los recibiera como merecían. “El responsable de eso fue el entonces general Nicolaides y el presidente de la Nación, general Bignone”, disparó Balza. “La ‘desmalvinización’ la inició el gobierno militar”, completó, sin dudar. 
 

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Audio: Martín Balza

Fuente: LT10