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Lito Vitale, mañana, subirá al escenario del Teatro Colón con el espectáculo "Currículum Vitale", para recorrer diferentes etapas de su carrera musical (con sus famosos tríos, cuartetos y hasta con el dúo que integra con Juan Carlos Baglietto). Es, también, la historia de un hombre que se nutrió de la tecnología desde la década del setenta. Fue uno de los primeros en usar las pedaleras de bajos que utilizaban los súpergrupos ingleses del rock sinfónico y tuvo la osadía de ponerle un sistema MIDI a un Concert Grand Piano Yamaha, esos que se usan para recitales de música clásica.

Quizás no se lo vaya a consideran, por una cuestión generacional, pionero en la utilización de sintetizadores en la Argentina, pero Vitale es un fanático del sonido y de la tecnología aplicada a la música. Ya en los ochenta, mientras el estándar era comprar un Yamaha DX7 y años después trabajar todo con MIDI, este pianista y compositor refinó su búsqueda sonora, al punto de subir al escenario con un rack de procesadores y efectos apodado La Momia, que pesaba cerca de 200 kilos y era trasladado por tres o cuatro personas.

"Crecí en los setenta con el comienzo de los sintetizadores analógicos. Como cualquier grupo, ensayábamos mucho y tocábamos una vez por año. Ensayábamos en la casa de Villa Adelina donde vivíamos y lográbamos un audio que se iba puliendo. Pero cuando íbamos a tocar a los conciertos sonaba distinto. Peor. Siempre con la compañía de mi viejo, que fue un ideólogo de todo esto, lo que debíamos tratar de hacer era que la mezcla del ensayo fuera trasladada al vivo. Por eso todo debía ir a una consola. Fuimos comprando con mucho esfuerzo las consolas. La primera fue una nacional de 12 canales. Después armamos un estudio en la casa de Villa Adelina, con una consola y un grabador Teac. Muchos años después hipotecamos la casa para comprar una consola nueva para el estudio. Ahora es viejita pero no la cambio".

"Para tocar en vivo, el problema era pasarle al sonidista todo eso que lográbamos. Un día empecé a hacerlo yo, desde el escenario. Después de muchos años de sonidistas que me putearon hoy viene un técnico de Paul McCartney con un pendrive con sus mezclas guardadas. Lo que va a sonar está ahí, en un 90 por ciento. Es el mismo concepto del que hablábamos al principio. Lo que pasa es que ahora lo dice un capo inglés, no un boludo de Villa Adelina. Es así", se ríe.