Siguen las dudas tras la muerte de dos personas en barrio Sur y con el correr de las horas lejos de llegar a una conclusión sobre lo ocurrido un mar de incertidumbre envuelve el caso. El hecho sacudió la noche del miércoles y dejó a un barrio entero sumergido en el asombro.
Un olor nauseabundo por la zona y la negativa ante los llamados de una de las personas que trabaja en limpieza y mantenimiento en la casa ubicada en francia 1180 hizo despertar las dudas sobre el paradero de Rafael Espino, Mónica Rampazzo y su hijo Rodrigo.
Desde hace tres días no se los veía por el barrio y si bien, no tenían mucho contacto con los vecinos, los mismos mostraron preocupación ya que no se los veía ni entrar ni salir y además empezaron a sentir fuertes olores en la zona de la casa ubicada en calle Francia al 1180.
Al llegar la policía y entrar al domicilio lo que se encontró fue un panorama desolador. En medio de casa bien equipada,ordenada y con las luces prendidas, en la zona de la cocina, dos cuerpos estaban tendidos en el piso, rodeados de sangre y en la zona se pudo ver la presencia de una piedra y un cuchillo de cocina. Los cadáveres de Rafael y Mónica se encontraban tirados y un olor nauseabundo daba indicios de una muerte que se produjo hace dos o tres días. En el medio de los cadáveres, empapados en sangre, un perro iba y venía a manera de custodia.
Pero la cosa no terminó ahí. Tas subir las escaleras y seguir con la requisa en otra habitación de la vivienda, con el televisor prendido, encontraron a Rodrigo. El joven tiene 33 años y es cuadripléjico desde que nació. Tras el suceso no pudo ser atendido por Norma que es la persona que se encargada de ayudarlo y, por esta razón, debió ser trasladado de urgencia al hospital Cullen con un cuadro de deshidratación e hipotermia donde evoluciona de manera favorable.
“Siempre se escuchaban gritos y discusiones, somos vecinos desde hace muchos años pero no teníamos una relación fluida”, contó Viviana, vecina de la casa lindera, quien interrumpió el descanso nocturno y decidió seguir los hechos por la ventana. Y agregó: “la chica que viene a cuidar a Rodrigo vino dos veces. La primera se fue porque llovía y nadie atendió la puerta, y en la segunda como tampoco la atendieron decidimos llamar a la Policía. No sabemos que pasó pero la camioneta de ellos tampoco está y la policía dijo que la puerta del patio estaba abierta”.
En el lugar durante varias horas trabajó personal de homicidios, bomberos y la doctora Ana Laura Gioria integrante de la Unidad Fiscal Especial de Homicidios dependiente del Ministerio Público de la Acusación era quien fue la encargada de explicar cuáles fueron los primeros resultados de los cuerpos encontrados en la vivienda. Con el pasar de las horas lejos de encontrar un desenlace de los hechos el misterio se acrecienta aun más.
Según se desprende de la autopsia realizada a los cuerpos en la morgue judicial no habría indicios de puñaladas, estrangulamiento ni golpes. Estos datos preliminares siembran más dudas a una escena que se complica con el paso de las horas. Según la información brindada por la fiscal, y en contradicción a lo que explican algunos testigos, la sangre que se vio en el lugar no tiene que ver directamente con agresiones a los cuerpos y está relacionada con la lógica pérdida de fluidos corporales luego de un tiempo de fallecidos.
“Ellos tienen una camioneta Renault Duster y no está dentro de la cochera de la casa donde la deja siempre” deslizó José mientras miraba la escena tras el vallado. Este es otro de los datos que suma incertidumbre y por estos momentos investiga la Policía. Si bien es verdad el faltante de la misma, se busca por diferentes lugares de la zona y tratar de determinar si estaba en otra cochera o en algún taller mecánico para hacerle algún arreglo.
Siguen las pericias por estas horas y se espera el informe escrito por parte de los médicos que trabajaron en la autopsia.
Dos fallecidos, un testigo sin posibilidades físicas de explicar lo que pasó, una camioneta desaparecida y miles de rumores sobre lo ocurrido envuelven a este caso que conmueve a los santafesinos y con el paso de las horas, lejos de develarse se transforma más en un misterio.