Dorados está convulsionado. Desde que Diego Maradona se hizo cargo de la dirección técnica del equipo, todos los días hay una aventura nueva. Los hinchas saben que el Diez es único. Y creen en él. Como creen sus jugadores, quienes el sábado por la noche lograron un triunfo agónico, un partido de esos que hasta hace un tiempo se les escapaba.
Pero con Diego todo es distinto. Todo se vive a pleno. Sin límites. Así, el 2-0 ante Leones Negros, con un jugador menos y cuando el final ya estaba al caer, se celebró casi como si se tratara de un campeonato. Y no sólo lo hizo la gente, dentro del vestuario también hubo baile.
Y no es una manera de decir. Mientras sus jugadores todavía no habían terminado de cambiarse, Diego sorprendió al tirar un par de pases de baile en el medio del camarín local donde se alcanza a percibir que es música de Los Palmeras. Feliz, relajado y chocho con la entrega de los suyos, movió hombros y cadera mientras algunos lo acompañaban y otros, sin terminar de entender lo que sucedía, lo filmaban con sus teléfonos celulares.