Marcos Rojo siempre quiso ser futbolista. Si le preguntaban, a cualquier edad, qué deseaba ser cuando sea grande, él no tenía dudas sobre la respuesta: futbolista. Creció en Las Quintas, en La Plata, con una pelota debajo del brazo y con los amigos del barrio, jugó de los cinco a los diez años en el club Las Malvinas, en la cancha que todavía visita, cuando está de vacaciones, y ayuda a mantener con provisiones.
Aquel chico que hacía 20 kilómetros en bicicleta todos los días para ir a entrenar a Estudiantes de La Plata es el mismo que se dio el lujo de jugar y salir campeón con su ídolo Juan Sebastián Verón, a quien veía jugar en el Manchester Unitedcuando era chico. Su sueño se había hecho realidad.
Ganó la Copa Libertadores, disputó la final del Mundial de Clubes contra el Barcelona, fue campeón del torneo argentino, pasó al fútbol ruso y luego al portugués, pero Marcos Rojo entiende que el Mundial de Brasil 2014 cambió para siempre su vida. “Hacía tres días había jugado la final del Mundial, y después estaba con nosotros jugando acá”, recuerdan sus amigos de Malvinas como algo que sucede con naturalidad.
Hoy, Marcos Rojo hizo el gol de la clasificación a Octavos de Final sobre Nigeria, convirtiéndose en el héroe de la “albiceleste” después de un par de jornadas de auténtico suplicio para su equipo.
Con 57 partidos vistiendo la camiseta “pampera”, el defensor del Manchester United únicamente tiene 3 goles marcados, dos de ellos contra Nigeria, uno en la fase de grupos del mundial pasado, que significó el 2-3, dándole el triunfo a su equipo y asegurando el primer puesto de grupo.
El de hoy, es el más importante de su carrera, de nuevo contra Nigeria, el heroico tanto al minuto 85’. Pocos goles y pocas actuaciones destacadas de Marcos Rojo con el equipo nacional, pero hoy es héroe nacional en el país del tango, él lo decretó: “"Lo necesitábamos. Ahora empieza la Copa para nosotros. Les había dicho a los chicos que iba a meter un gol", declaró después del juego.
El gol de Rojo ante Nigeria en Brasil 2014: