Este lunes por la mañana, el Jardín Municipal Barranquitas Sur de vistió de celeste y blanco. Con banderas en sus manitos, los niños y niñas de ese establecimiento, junto a los de Pro Mejoras Barranquitas y Atilio Rosso fueron los protagonistas del acto para conmemorar el Día de la Bandera, que se celebra el miércoles 20.
La secretaria General, María Martín, su par de Educación, Érika Figueroa y el coordinador del Movimiento Los Sin Techo, José Luis Ambrosino, participaron de la actividad en el edificio ubicado en Iturraspe y Lamadrid.
Reunidos en la patio central, adornado con banderines y colgantes celestes y blancos, dibujos y collages de la bandera, las autoridades y tres alumnos izaron la enseña patria en el nuevo mástil ubicado en el establecimiento. Organizada por la comunidad educativa del establecimiento, también se sumaron a la actividad el concejal Carlos Pereira; docentes y personal directivo de los jardines, como así también mamás y papás de los pequeños.
"Este es un momento muy importante porque tanto la bandera, como el himno o la escarapela, son lugares comunes y factores de unión del pueblo argentino y que a pesar de nuestras diferencias, nos unen", señaló María Martín.
Al rescatar la figura de "Manuel Belgrano, que ya nos hablaba hace muchos años de la importancia de la educación", la funcionaria local sostuvo que "la mejor manera de honrarlo es a partir de este legado que son los jardines municipales. Son 16 ya en funcionamiento, más uno en construcción, que tienen una mirada al futuro y que nos llenan de orgullo".
En ese contexto, recordó cómo a partir del nuevo edificio del jardín Barranquitas Sur, "en el lugar donde estaba el jardín de Los Sin Techo y donde el propio mástil era vandalizado, hoy el barrio ha cambiado notablemente, no solo por este jardín, sino porque también tenemos la Escuela de Trabajo y las obras de infraestructura. Esa es la mirada de futuro a la que hay que apostar", afirmó.
Objetivos comunes
Por su parte, el coordinador de Los Sin Techo, José Luis Ambrosino, rescató la labor educativa como esa "medicina" que brinda oportunidades de vida desde la niñez, en particular de aquellos sectores de mayor vulnerabilidad social. "Como siempre decimos a todos nuestras educadores y maestras: sean médicos de cuerpo y alma, porque educar a un chico pobre es ponerlo al margen de la muerte social. Sin educación, librados a sus pocas posibilidades, no tienen alternativas, y seguramente, desde muy jóvenes estarán muertos socialmente", afirmó.
"Por esto compartimos esta política municipal de los jardines, esta gran obra educativa en los sectores más pobres de la ciudad con la cual tenemos objetivos superiores. Son cosas que no discutimos, porque si no fuera por esta acción del estado, que fortalece lo que hacemos desde el Movimiento, no podríamos llevar a cabo esta gran obra. Esto es lo mejor para los que menos tienen", concluyó.