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"Tengo presente ese día. Muy triste sin dudas en la historia de esta gran institución. No solo por lo sucedido, sino porque todos teníamos la ilusión de poder salvarlo, más si se tiene en cuenta como se armó ese proceso, llegando yo desde Paraná como un desconocido y con un éxodo de futbolistas, sabiendo que había que afrontar el torneo con muchos juveniles. El trabajo de inferiores nos posibilitó armar un equipo con el que enderezáramos el rumbo de Colón". Con estas palabras recordó en diálogo con Diez en la City (por FM "X" 103.5) el descenso de 2014 Diego Osella, quien fuera el entrenador de aquel grupo que hizo una campaña para ingresar a una copa con 30 puntos, pero por el bajo promedio lo terminó alcanzando.

Este 24 de mayo se cumplen cuatro años del partido desempate con Atlético de Rafaela, que se terminó imponiendo por 1-0, con gol de Rodrigo Depetris. Así y todo, todos recuerdan y resaltan la performance de ese Sabalero, que fue el que estuvo más veces puntero: "Comenzamos con una derrota contra Racing y después ganamos cinco partidos seguidos. Hicimos un torneo hasta donde nos dio, con un gran convencimiento por parte de los futbolistas. La institución se tuvo que rearmar y hoy gracias a Dios goza de otro presente. Lo que hicieron esos chicos fue el cimiento para levantar a la institución".

Asimismo, agregó detalles de todo lo que se vivió: "La sensación de que podíamos lograrlo la tuve el primer día que me paré delante de ellos (los jugadores). Había solo cinco chicos de experiencia y el resto todos juveniles. El primer día que nos juntamos dijimos que la situación era dura e incómoda, pero que el era el momento para que levante la mano de que pensaba que esto no se podía hacer. Los miré a la cara y noté un gran convencimiento. Después vino una pretemporada dura y agobiante por el calor de Santa Fe y pienso que a partir de allí nació una mística importante. Tuvimos la oportunidad de sumar a un solo refuerzo. Estaba Julián Lalinde, pero cuando a Lalo (Vega, el presidente) me comunica que podía ser uno solo, optamos por Ezequiel (Videla), porque no teníamos gente en el medio y porque pensé que (Lucas) Alario estaba en condiciones de ser titular. Como será el destino que al año siguiente se formó la dupla Pavón-Alario. Muy loco todo cuando uno se pone a recordar. Ellos dieron todo y no nos alcanzó, porque Quilmes hace un torneo raro, donde se le escapa una pelota increíble a (Fernando) Monetti y eso nos mandó a una «promoción». Pero lo de la gente fue terrible y eso marcó un momento en la historia".

Siguiendo con la emotiva charla con el equipo Diez en Deportes, Osellá resaltó: "Hay dos cosas que me marcaron de ese 2014: la primera que es que se fue mi papá y la segunda cuando descendimos. Una amargura muy grande. Nosotros perdemos de manera justa con Rafaela. Veníamos mal, cansados y agobiados. Veíamos que teníamos 25 puntos y no nos alcanzamos; le ganamos a Olimpo más con corazón que con juego y sumamos 30, pero tampoco nos alcanzó. Llegamos muy cansados mentalmente y nos ganaron el partido, pero no la permanencia. Fue una historia linda, porque el presente de Colón hoy es importante, con un gran entrenador y por eso se recuerda mucho lo que pasó en aquella oportunidad".

Respecto del entrenador que corría como local por la línea de cal festejando cada gol, dejó en claro que quedó ya en el armario: "Cambié mucho. Mi manera de ver el fútbol es la misma, porque soy un estudioso y creo que cada acción de juego es estimulable. Pero viendo lo que hice en Colón, hay cosas de las que me avergüenzo y que debí cambiar para ser un mejor entrenado. Hoy soy otro tipo de técnico, pero sigo con la misma adrenalina. Pienso que hubo mucha paciencia de los árbitros en aquel año, porque fui expulsado cuatro veces y eso está mal. No tenía que ser así y por eso fui aprendiendo de esas cosas para mejorar".