Sucesos - Fallo contra el cura

Lunes 21 de Mayo de 2018 - 18:07 hs

Esperan que la condena aliente a los que no denunciaron a Ilarraz

El fiscal de la causa, contó que fue muy difícil escuchar el dolor que había en el relato de las víctimas.

Actualizado: Lunes 21 de Mayo de 2018 - 19:01 hs

Esta tarde, el cura Justo José Ilarraz fue condenado a 25 años de cárcel por abusar de 7 menores de entre 10 y 14 años cuando era su preceptor en un seminario de Paraná. La sentencia se dio a conocer en los tribunales de Paraná, y definieron que el cura cumple prisión domiciliaria en su casa hasta que esté firme el fallo.

El fiscal de la causa, Juan Francisco Ramírez Montrull, dialogó con LT10 contó que el sacerdote tenía el mismo modus operandi con los seminaristas abusados. "Todas las víctimas coincidían en que era un referente en el Seminario, que era muy activo, muy canchero comparado con otros curas. De esta manera, se ganaba la confianza y generaba un vínculo más cercano. Los convencía que iba a ser muy amigo de ellos, y en ese marco, les decía que en la amistad se daban esos gestos, que en realidad eran los abusos".

El funcionario judicial, remarcó que esperan que esta condena "pueda alentar a aquellos que aún no se animaron a denunciarlo. Conocemos a otras víctimas, y ojalá en el próximo juicio por otra denuncia que está en marcha puedan hacerlo".

Consultado por la conducta del sacerdote durante el juicio, el fiscal dijo que en ningún momento mostró arrepentimiento: "Cuando los testigos hablaban de él, parecía que estaban hablando de otra persona porque era inmutable. No manifestó a lo largo del juicio un arrepentimiento, al contrario, le echó la culpa de todo a las víctimas".

En ese sentido, Ramírez Montrull, dijo que en este tipo de delito los abusadores se defienden acusando. "Ilarraz hizo eso en cada una de las oportunidades que tuvo en el juicio".

En cuanto a la reconstrucción de las historias de abuso, que se develaron en la instancia judicial, el fiscal aseguró que fueron instancias "muy difíciles".

"Cuando iban relatando su dolor, luego de un silencio mantenido durante mucho tiempo, era muy duro de escuchar. Se notaba un sentimiento de vergüenza y de culpa que no deberían sentir, pero en estos casos es así, porque son las secuelas propias de una corrupción de menores", precisó.

 

 

Audio: Juan Francisco Ramírez Motrull

Fuente: LT10