Polideportivo - boxeo

Sábado 21 de Abril de 2018 - 19:19 hs

Omar Narváez perdió por puntos

Al Huracán de Trelew le faltó iniciativa ante el sudafricano Zolani Tete y no pudo arrebatarle la corona gallo de la OMB.

Actualizado: Sábado 21 de Abril de 2018 - 19:21 hs

Es un caso muy particular el de Omar Andrés Narváez. Zurdo, chubutense. Tiene 42 años, una edad poco frecuente para un boxeador en actividad. En el estadio SSE de Belfast, intentó la hazaña única en Argentina de coronarse campeón en tres categorías diferentes. No pudo ser. El sudafricano Zolani Tete le dio una paliza y se quedó con el título gallo de la Organización Mundial de Boxeo (OMB).

Combatió con Tete, titular de la división de los gallos de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), de 30 años, quien ostenta una campaña de 27 peleas ganadas (21 por nocaut) y tres derrotas. Y con un agregado singular: su anterior victoria con la corona en juego - había sido ante su compatriota Siboniso Gonya- realizada en el mismo estadio de Belfast la definió con un nocaut ¡a los 11 segundos! Un record histórico en un combate mundialista.

Los tres primeros rounds dejaron en evidencia que el sudafricano, de mejor porte, llevaría la iniciativa. Tete ganó el centro del ring tratando de buscar el desgaste del argentino, aunque no pudo quebrar la defensa de Narváez con una mano picante.

A partir del cuarto asalto se esperaba una reacción de Narváez, pero la derecha de Tete replicó varias veces en su nariz ampliando el margen en las tarjetas, en favor del sudafricano. Incluso, en el descanso entre el cuarto y el quinto, el chubutense debió ser atendido por su rincón con hielo sobre su ojo derecho ya afectado. Al final, Narváez terminó con los signos de la derrota reflejados en su rostro: cortada su nariz, un pómulo y con un ojo en compota.

Fue sumando ventaja Tete con su mayor despliegue sobre el ring. Pero no solamente fue ampliando la diferencia en su favor por la movilidad. También por su mejor batería de golpes en la primera mitad de la pelea. Los sintió Narváez, quien recibió golpes de todo tipo y color. Arriba y abajo, el sudafricano impuso presencia, categoría, potencia y un repertorio mucho más pulido que el del argentino.

A Narváez solo le quedó la espera. La espera de que el sudafricano bajase su ritmo. O la espera de encontrar una mano que pudiera sorprender a su contrincante. Seis puntos, uno por round, fue sacando Tete de diferencia en igual cantidad de asaltos.

En el octavo round pareció que el argentino "se despertaba" de la siesta.... Fue el único en el que dejó una mejor imagen a partir de su mayor actividad en el ring y de algunos golpes certeros y con rigor que Tete los sintió. Pero todo fue un espejismo. El sudafricano volvió a tomar el control de las acciones rápidamente y no dejó dudas de sus superioridad. Por su bailoteo constante y por las manos que sacaba casi sin darle respiro a Narváez.

En el último round fue a buscar una mano salvador el argentino. Desde el instante inicial. Pero no llegó. Quedó reflejada en su rostro la amplia paliza que le dio Tete, con una diferencia en las tarjetas de doce puntos (no por round).

Le había ganado la eliminatoria al ruso Nikolai Potapov en Obras (nocaut técnico en el séptimo asalto) en octubre que lo habilitó para buscar esta corona de los gallos una vez más. Pero no pudo ser. Dio lo que el tanque tendía. Se la jugó Narváez. Y no le alcanzó.

Fuente: DIEZ EN DEPORTES / clarín.com