"¿No se supone que esto es un país civilizado? ¿En qué tipo de país civilizado hay gente con comida de sobra mientras otra muere de hambre en las calles?". Y continúa: "¿No se supone que el gobierno debe ayudar a los ciudadanos? ¿No son la gente pobre ciudadanos aunque sean pobres?". Las preguntas de un niño de 13 años parecen buscar desesperadamente una respuesta, pero es él en realidad quien termina aportando una idea para combatir el hambre en Argentina.
Santino Guglieri, un niño entrerriano de 13 años que padece el síndrome de Asperger, ya es un conocido de los medios de prensa, debido a que hace un tiempo fue noticia por ser víctima de bullying en su escuela. Su pasión por la escritura lo llevó a ganar dos veces el concurso literario de la Biblioteca Popular de Paraná. Tras alcanzar notoriedad pública, conoció al presidente Mauricio Macri en el lanzamiento del Plan Nacional de Discapacidad.
En febrero de este año le escribió al mandatario una carta sobre la problemática del hambre en Argentina junto con una posible solución que ya está empleando el gobierno de Francia. Se trata de una ley que obliga a los supermercados a donar alimentos a organizaciones de caridad y enfatiza que en el país no existe una medida igual.

"Al parecer seis millones de personas pasan hambre en este país, una ley así podría ayudarlas mucho", concluyó Guglieri en su carta.
En Argentina se calcula que se desperdician 16 millones de toneladas de alimentos por año, un 12,5% de todo lo producido a nivel nacional. A pesar de ello, diariamente, restaurantes, caterings y supermercados tiran gran cantidad de comida. En 2004 fue sancionada la Ley 25.989 sobre la donación de alimentos, conocida como Ley Donal. Pero la normativa no contempla la exención impositiva, un beneficio para estimular las donaciones.
La semana pasada, Santino viajó con su papá a Rosario para conocer el trabajo del Banco de Alimentos y ayer fue recibido por el propio Macri, según contó su padre en Facebook.
En nuestra ciudad, en tanto, el vicepresidente del Banco de Alimentos local, Carlos Otrino, celebró la sensibilidad demostrada por Santino y recordó que “en el mundo, un tercio de los alimentos se terminan tirando”. “Son 16 millones de toneladas al año en Argentina, hay 400 kilos por habitante y cada kilo de alimento (descartado) son tres platos de comida proporcionalmente”, graficó Otrino en diálogo con el programa El Cuarto Poder.
En ese sentido, explicó que “para mucha gente, eso que se tira es residuo y en realidad estamos tirando alimentos que se pueden consumir sin ningún problema”, siempre y cuando se maneje en forma trazable y responsable, sin cortar la cadena de frio, entre otras cuestiones que se deben tener en cuenta a la hora de manipular alimentos.