Valeria Bertone, una comerciante que vive en la zona de la costa, volvía como cada día a su hogar luego de trabajar con su hijo de cinco meses. Pero no fue un viaje normal: "Sentí un fuerte ruido y se me habían reventado el vidrio del acompañante y el de atrás donde iba mi bebé en su transportador", contó en LT10.
La mujer recibió el ataque entre las 21 y 21.30 a la altura del segundo aliviador en la ruta 168, corredor en el que ya se registraron casos similares.
Si bien no sabe a ciencia cierta que provocó la rotura de las ventanillas, comentó en Todo pasa que "adelante venía un colectivo y el chofer vio que había varias personas con gomeras".
Afortunadamente la situación no desesperó a Valeria. "Yo no podía parar porque era un puente, me imaginé que era para robar y tuve que seguir".
Una vez que logró detenerse su principal preocupación pasaba por la integridad de su hijo: "Lo toqué y estaba lleno de vidrios" pero afortunadamente "no tiene ni un rasguño", sostuvo aliviada.
Al ser comerciante, la mujer tiene que circular todos los días por el lugar del ataque. "Con el bebé no quiero ir más", manifestó.