Sin relación con religión alguna, más próximo a creencias paganas que a la Iglesia, en Argentina, el Gauchito Gil es el compañero de ruta de camioneros y viajeros.
A lo largo de los miles de kilómetros que recorren país, continuamente se ven mini santuarios pintados en rojo y decorados con banderas del mismo color, al que los creyentes que pasan por la ruta dedican una mirada, un toque de bocina o una oración para asegurarse que llegarán a salvo a destino.
Tabaco y vino otras ofrendas para el Gauchito
Los que en él creen, le llevan además cigarros y vino y confían en que el gaucho de pelo largo y bigote siga siendo tan benevolente como lo ha sido hasta ahora.